lunes, 12 de marzo de 2012

Capitulo 92





Iker tira el condón usado en la arena y se queda tumbado al lado de Simón. Está cansado. Los dos se miran.
--me parece increíble que hayas aparecido de la nada. Yo que me sentía tan mal y ahora…
Iker no dice nada. Simón se muestra nervioso. Ha sido sexo del bueno, del mejor pero no ha sido sólo sexo, ha sentido algo especial por Iker. El chico lo ha salvado en un momento en el que Simón se sentía al borde del abismo y no sabía por donde tirar. No tiene claro que tipo de relación le está ofreciendo ese guapo ni la que él quiere tener con él pero sí le gustaría volver a verlo pero no puede olvidar que no es más que un guapo desconocido con el que se ha acostado y teme que le haga lo mismo que todos los chicos con los que ha tenido sexo, desecharlo.
--¿y hacés mucho eso de ayudar a los chicos que encuentras en la playa de esta manera? –dice Simón.
Simón se muestra simpático. No le hace reproches porque él está en la misma situación pero es la única manera en la que se le ha ocurrido preguntarle sin ser directo si esto acaba acá. Iker está muy cansado.
--Yo espero lo mismo que tú, ¿no? Espero haber sido especial para ti. Espero que no te acuestes con todo el mundo.
Iker habla en broma pero Simón se pone serio. Se sienta en la arena. Iker se sienta también.
--No te quería molestar.
--No, no me has molestado. Sí he hecho otras veces pero, aunque no lo creas, ha sido distinto.
Y Simón quiere que Iker le diga que para él también pero Iker no le dice nada. No está seguro que Simón quiera vivir un romance con el hermana del chico con el que acaba de romper así que decide vivir el momento. Se tumba en la arena, bosteza. Cierra los ojos. Simón se apoya un poco en él. Lo acaricia.
--¿tenés sueño? No te vayas a dormir.
--sí, siempre me duerme después de echar un buen polvo.
Simón le acaricia la cabeza.
--pero ahora no es el momento. Además, estamos desnudos. Nos vamos a congelar.
Iker sonríe con los ojos cerrados. Simón suspira. Hasta a él le cuesta creer lo rápido que ha pasado todo pero se siente feliz. Iker le gusta mucho, se la ha pasado muy bien con él.
Simón se levanta. Extiende su mano y ayuda a Iker a levantarse. Iker se cae de sueño. Se abrazan. Se besan.
--Vives por acá?
--No, vivo lejos.
--Yo también estaba acá por casualidad.
Y Simón ya no siente tristeza. Thiago le ha dejado una herida pero Iker la ha sabido camuflar y se siente muy feliz. Iker no le quiere decir que no es coincidencia que se hayan encontrado, que es su hermano el que está en ese hospital, que por eso lo vio y lo siguió.
--Yo vine en mi auto ¿y tú? --Iker.
--En colectivo.
--si querés te llevo.
--si claro.
--Si estás muy cansado puedo manejar yo. Así practico un poco, tengo la licencia pero hace mucho que no manejo.
--si claro.
Iker y Simón van vistiendo. Se tratan como si fueran amigos. Van hacia el auto. Iker le da las llaves.
--si me decías dónde vives pues te dejo en tu casa y luego voy yo caminando.
--No, no… no tiene caso. Así sé dónde vives.
Se sientan en el auto. Iker no le quiere decir dónde vive, no sabe si, después del momento de sexo tan intenso y bello que han vivido, a Simón le vaya importar su parentesco con su ex pero prefiere no arriesgarse. Iker saca su celular.
--¿nos cambios los números? Me gustaría volver a verte pero no sé si para ti no ha sido más que un polvo de una noche –Iker.
--No sé que ha sido pero sí ha sido más que un polvo. A mi me gustaría volver a verte, si querés.
Simón no tiene claro lo que quiere porque se ha ilusionado y le han decepcionado varias veces y no quiere que le vuelvan a pasar pero tiene claro que se quiere arriesgar, que Iker le gusta demasiado como para no intentarlo. A Iker le gusta mucho que Simón se muestre tímido luego que se han acostado sin conocerse. Iker agarra el celular de Simón y se marca desde él.
--así los dos tenemos nuestros números, así no nos vamos a perder.
Simón no lo quiere engañar. No sabe si Iker sí quiere algo serio o sólo se está divirtiendo, tampoco quiere preguntar porque no sabe que respuesta le daría si le pregunta.
--No sé que quiero. Estoy algo…
Pero Iker no lo deja seguir. Lo calla con un beso.
--A mi me gustas mucho, me gustas en serio pero no te pido más. No sé, si me dejas estar contigo como tu amigo, tu amante. Lo que querás pues yo estaré feliz.
Simón está muy contento. Simón pone la llave para arrancar. Sonríe feliz. Iker le pone la mano encima para que aún no arranque.
--¿querés ir al circo mañana?
A Simón le sorprende la propuesta. Se han acostado juntos la primera vez que se ven, el circo no es lo que esperaba después. Iker es un par de años menor que Simón, se ve hombre y Simón no cree que sea infantil, por eso le sorprende la propuesta.
--No te gusta el circo? –le pregunta Iker.
--No sé. Hace años que no vi, desde chico que me llevaba mi abuela en el pueblo. ¿no es cómo muy de niños?
Iker pone su mano en el muslo de Simón, muy cerca de la entrepierna. Lo mira sensualmente:
--¿te parezco infantil? –le dice divertido.
--No, claro que no.
Iker se muestra sonriente. Se enamoró del culo de Simón cuando lo vio discutiendo con su hermano y está encantado de haber conocido, y de qué manera, el resto.
-Es que las compré para mi hermano pero ahora no podrá ir.
--¿y eso?
Iker se muestra muy nervioso pero no lo demuestra.
--Está malo.
--vaya, pobre. Espero que no sea nada.
Iker no quiere tocar ese tema.
--¿nos vamos? Ya se me hace tarde y mañana tengo que laburar.
--¿trabajás?
--Sí, con mi viejo. En la tarde estudio a ver si me saco ya unas materias y acabo la secundaria.
Simón maneja feliz hacia su barrio. Iker no quiere que sepa que son vecinos.