miércoles, 28 de diciembre de 2011

Capitulo 55



Simón no puede creer lo que está viendo. Nicolás es su nuevo profesor sustituyendo a Rafael. Ya ha dejado de dolerle lo que ha pasado con el otro profesor. Con Nicolás ha tenido sexo del bueno y además Nicolás se ha mostrado cariño. Nicolás le ha dado todo lo que busca de un hombre.
--¿y ahora qué va a pasar? –piensa Simón.
No han quedado en nada pero Simón tenía la ilusión de poder tener algo con ese hombre pero ahora que sabe que es su profesor eso no es posible. Almenos no abiertamente. Simón no se anima a mirar a su profesor. No puede atender en clase. No puede dejar de pensar en otra cosa que no sea en que se ha acostado con ese hombre. Después del polvo con Rafael, a Simón le preocupa cómo se iba a desarrollar la historia entre ellos. Rafael ha desaparecido de su vida y otro hombre ha aparecido y resulta que se encuentra en las mismas. Simón está muy aturdido. No sabe si es una burla del destino o una metedura de pata.
--Anda que cómo se haya corrido el rumor que sigo a los profesor para verle la verga y éste supiera algo de mi… ahora verá que no es mentira –va pensando.
Simón se preocupa de la opinión que Nicolás debe tener de él.
--Me he acostado con él sin saber nada de su historia, si se entera que también me acostó con su sustituto pensará que sólo vivo para el sexo –va pensando.
A Simón le encanta el sexo. Han sido mucho los hombres que lo han disfrutado y de los que ha gozado, es algo que no puede evitar. El sexo es ya una necesidad para él pero no es lo que está buscando. No le gustaría que Nicolás tuviera una idea equivocada de él. Simón está nervioso, no atiende en la clase pero está encantado de la manera en la que lo ha conocido.
--¡Es que está muy bueno¡ --va pensando—Es que me vengo sólo con su culo.
Nicolás está anotando algo en el encerrado. Lleva unos jeans estrechos. El culo es pequeño pero precioso.
--¡que culo¡ ¡¡que culo¡ --dice para sí Simón.
Nicolás calienta mucho a Simón y pensar que se han acostado juntos lo calienta aún más. No puede dejar de mirarlo. Nicolás mira unos apuntes en su mesa, queda el culo en pompa. Simón resopla, jadea.
--¡no voy a aguantar¡ --dice para sí.
No es tal vez el más guapo pero sí el más seductor. Además le gusta que, al contrario de Rafael, no es un egoísta, que estaba preocupado de su propio placer. Sale de la clase, con la mano en la cintura. Camina de una manera muy chulesca, muy seductora. Se da cuenta que Simón lo está observando. Va hacia el lavabo y Simón lo va a seguir pero en realidad Nicolás sólo estaba jugando, pasa de largo dejando a Simón con las ganas y muy confundido.


En ese mismo momento, Jay está mirando en una tienda de ropa interior. Sale un chico muy guapo.
--oye, tú eres este ¿verdad? –dice señalando la foto del modelo en slips.
--sí, así es.
Jay lo mira con cara lujuriosa.
--me has puesto muy cachondo.
El guapo se saca a Jay de encima.
--¡no soy maricón¡
Jay se pone en medio:
--¡no te he preguntado eso¡
Le saca tanto dinero que el guapo no se niega. Se deja llevar a un apartamento. Los dos desnudos. Jay lo disfruta. El guapo a cuatro patas. Muy asustado. Grita de dolor mientras Jay se clava en él salvajemente.
--mueve el culo, cabrón –Jay.
--¿qué dices? No puedo. Me haces daño, joder.
--Abre bien el culo.
--Me vas a reventar.
--Pues te aguantas, yo ya he pagado por ti y no me vas a dejar con las ganas.
--Me haces daño¡
--Si no te relajas no vas a disfrutar.
Jay agarra con fuerza a su presa. No está dispuesto a dejarlo ir. Se da cuenta que ese culito era virgen y eso es algo que lo excita, así lo disfruta más. El guapo acaba mordiendo la almohada porque no puede con el dolor.
--¡me voy a venir¡ ¡¡me voy a venir¡ --aulla Jay.
Eso es un alivio para el joven pero Jay aún tarda en venirse y el joven se está retorciendo del dolor. Nunca lo había pasado mal. Sabía que no le iba a gustar la experiencia pero no esperaba que fuera tan doloroso, que le doliera tanto.
--joder, tío, suéltalo ya. No puedo más.
Jay aulla. Cae a su lado roto del placer. El guapo suspira.
--menos mal. Me ha dolido mucho, tío.
Jay le da un empujón. Lo tira de la cama desnudo. Es muy brusco.
--¡y a mi qué me importa¡
El chico se levanta molesto.
--¿qué haces loco?¡
Aunque el chico es bastante corpulento, la mirada de Jay asusta.
--¡largo de una vez, ya no me interesas¡
El guapo casi no puede caminar. Le duele todo.
--Me has destrozado, deja que descanse.
Jay queda desnudo en la cama.
--¡qué te largues o llamo a la policía¡
El guapo se empieza a vestir.
--¡estás loco, tío¡
Aunque se ha sacado mucho dinero, el chico está arrepentido de haberse metido con Jay.
--¡Vete y olvídate de mi cara¡ --Jay muy amenazante.
El guapo se abrocha los jeans.
--¡es que ni loco te quiero volver a ver¡
Jay se queda solo y desnudo en la cama. Su cuerpo ha quedado satisfecho pero su mirada sigue dura. Su alma está vacía.

Simón pasa la tarde tocando la guitarra. Eso lo relaja y no piensa tanto en Nicolás. No sabe porque pero su padre no está de tan mal humor y no le dice nada. A la mañana siguiente, Nicolás está tomando un café en el bar, el mismo bar en el que se conoció. Hace que no ve a Simón. Se levanta y va hacia el lavabo y Simón va tras ese culo. Nicolás es de los hombres más sensuales que ha conocido, el que más cachondo le pone. Está seguro que volverá a pasar lo mismo del día anterior. Camina en plan seductor, tocándose el cinturón. Se le ve un buen bulto en la entrepierna. Nicolás está frente al espejo y Simón se queda a su lado. Lo mira. Le encanta su culo, le encanta ese bulto genital. Está deseando volver a comérsela. No dice nada con las palabras pero le dice todo con la mirada. Está a la expectativa. Nicolás lo ignora. Hace como si no lo conociera y se va sin decirle nada. Simón se ha quedado en shock. No sólo le duele porque se ha quedado con las ganas sino porque Nicolás ha pasado absolutamente de él, como si no fuera una persona, como si sólo fuera un objeto de placer y eso es algo que le da mucha rabia a Simón. Golpea el grifo. Está muy dolido, triste.