Por Ángel del Cielo y Emili.
Ángel estaba en su habitación del hospital, estaba durmiendo, se había cansado de leer y escribir su diario, como tenia la mano derecha rota, se tenía que acostumbrar a escribir con la izquierda.
Thiago llega con un regalo para Ángel, estaba todo el día pensando en él, ya tenia las argollas de matrimonio, eran de oro blanco, la de Ángel tenia un diamante muy pequeño pero visible ya tenia el lugar y su traje de matrimonio. Entra en la habitación. Deja el regalo en la mesilla de noche que había al lado de la cama, ve a Ángel tan perdido en sus sueños que no quiso despertarlo, le acaricio la cara, lo tomo de la mano, y estuvo un rato viendo como dormía.a los 5 minutos Ángel murmuro su nombre.
--Thiago...te amo...--y siguió roncando suavemente, Thiago lo miro, lo llenaba de ternura, le dio un beso en la frente, Ángel abrió los ojos suavemente vio a Thiago y le sonrió
--Guito..que haces acá?¿que hora es?--le dice estirándose--¿que haces acá?--le dice mirándolo sorprendido. Thiago abrió los ojos, confundido al principio y herido después
--¿querés que me vaya?--le pregunta Thiago con dolor en la voz, Ángel se da cuenta que lo lastimo con esa pregunta
--no quería decir eso, si no que me sorprende que estés aquí, ya que nunca te habías mostrado ni tan cariñoso ni tan interesado en mi, y pues me sorprende--le dice Ángel encogiéndose de hombros.
--!como que no me preocupo por ti ¡sos el amor de mi vida!¡!¡mi único miedo es perderte--le dice Thiago mirándolo seriamente--cuando te vas al pueblo?--le dice algo mas alegre
--ehh, mañana--dice Ángel poniendo un tono de voz misterioso
--mañana? tan rápido?--Thiago ya sospechaba algo--y tu abuela no estaba de viaje? te van a cuidar tus padres?
--ehh, contrataron a un enfermero para que me cuide--dice Ángel un poco mas tímido
--¿QUEEEEE?¿que dijis....?-Thiago frena en seco ya que se abrió la puerta y entro un enfermero, alto, rubio, y muy guapo.
*Aparicion Especial de Kellan Luzt como Alex*
--Angie, ya listo para tu baño de esponja?--le dice Álex, mira a Thiago que esta de pie, tenso y muy serio--hola, un gusto, vos debes ser Thiago--dice estirando una mano--Ángel me ha hablado mucho de ti.
Ángel estaba muy nervioso viendo a Thiago, pues el sabia que cuando Thiago se ponía así es por que estaba muy celoso…
Ángel extiende su mano hacia Thiago:
--Es que Thiago es el amor de mi vida.
Thiago agarra la mano de su chico:
--y nos vamos a casar –dice Thiago para marcar terreno.
Mientras, a Iker, esos cinco minutos que lleva esperando se le han hecho eternos. Le duele que Simón no haya tenido tanta prisa en acudir a la cita como él. De pronto se ve a Simón a lo lejos. Simón camina lento porque sabe que es aún muy temprano.
--¡es que no sé porque he tenido que venir tan pronto, voy a tener que esperar mucho rato y sin tener nada que hacer¡ --se va diciendo para sí.
Iker suspira enamorado. Tenía miedo que Simón hubiera faltado a la cita.
--¡Vino, vino¡
Iker corre hacia Simón.
--¡Simón, acá¡
Simón no esperaba encontrar a Iker tan pronto y eso le emociona porque se da cuenta que al chico le importa, que le importa más de lo que pensó. Y por un lado le gusta pero por el otro le asusta. Le da miedo que Iker se esté ilusionando demasiado y él no pueda corresponderle de la misma manera pero Iker le gusta, se la pasó muy bien con él la noche anterior y no desea renunciar a él. Corre hacia él. Está contento. Están cerca y con ganas de besarse y abrazarse pero no lo hacen porque temen que al otro le dé apuro. Están en la calle, va pasando gente y no saben si al otro le va a gustar. Los dos se sienten ansiosos, se gustan mucho.
--¿porqué te demoraste tanto? –dice Iker.
Simón se le ríe.
--¡pero si aún falta una hora para nuestra cita, yo creía que me iba a tener que esperar mucho rato¡
Iker mira el reloj y se da cuenta que Simón tenía razón, que aún es temprano.
--Es que me moría por verte.
Simón sonríe e Iker se derrite. Lo besa. Es un ligero beso en los labios por si a Simón no le gusta que lo bese en público. Simón está ardiente, muerde los labios de Iker, responde con pasión. Una señora, con un nene de la mano, los mira con desprecio y les dice:
--¡depravados¡ ¡¡sus cochinadas haganlas en otro sitio no dónde haya niños¡
Iker y Simón se apartan de golpe. Simón mira a la mujer con rabia. Usa un tono educado, amable.
--Piense usted que educación le está dando a su hijo, es mejor que veo como normal lo que es normal.
La madre del niño se siente muy ofendida. Iker agarra del brazo a Simón:
--ven, vamos. No te pongas a discutir.
Iker lo va arrastrando hacia unos matorrales.
--Es que no veo porque tenemos que escondernos. El amor es lo más hermoso.
Iker mira a Simón con orgullo. Lo acaricia en la mejilla:
--tú si que eres hermoso y me muero por besarte. No quiero que perdamos el tiempo discutiendo con gente que no merece la pena.
Simón tiene tantas ganas que Iker lo bese como Iker tiene de disfrutar de los besos de Simón. Se gustan mucho. Se mueren el uno por el otro. Se desean. Se sonríen y se besan ardientemente. Se besan durante un buen rato y el tiempo se les pasa volando.
--nos vamos a perder la función –dice Iker.
--Porqué no vamos a un lugar dónde podamos estar a solas? –jadea Simón.
Tanto Iker como Simón lo que desean es hacer el amor pero Iker además quiere hacer otras cosas. No quiere tener una relación estrictamente sexual.
--Me apetece ir, ya tengo las entradas.
--ni modo, puede ser divertido.
Simón habla con fastidio, no le apetece nada pero no quiere que Iker piense que es un pervertido. En seguida se ven entre niños. Simón se siente un poco incómodo. Simón está demasiado cachondo como para pensar en algo más que no sea el cuerpo de Iker y en hacer el amor con él. Iker se da cuenta y por eso le agradece que esté ahí con él.
--sé que no te apetece pero tenía ganas de estar aquí contigo, puede estar bueno.
Simón le agarra de la mano.
--Estamos juntos, esto es lo que importa.
Simón va a besarlo pero Iker le pone la mano entre sus labios.
--No es el momento, hay muchos niños. No quiero un escándalo.
Simón se ve obliga a frustrarse pero le excita mucho estar al lado de Iker, los dos tocándose, ver ese gran bulto que se le hace en la entrepierna. Es incapaz de mirar el espectáculo ya que se pierde en la belleza de su acompañante.