jueves, 21 de julio de 2011

Capitulo 32





Simón le ha tocado el culo a Jeans con la mano. Lo ha hecho a posta como si pareciera accidental pero en el momento de hacerlo se sofoca, teme que el profesor le diga algo. Se ruboriza.
--¡ups… perdón¡
Se va muerto de la pena y sin ni mirar atrás. Está totalmente enrojecido. Jeans ni se ha inmutado. Por un lado a Simón le calma y del otro le gustaría llamar la atención del guapísimo profesor.

Al cabo de un rato, está en clase con Jeans. Todos llevan ropa de deporte menos el profesor que lleva unos estrechos vaqueros. Se sientan todos en un banquillo. El profesor al lado de Simón que siente que el corazón se le va a salir de la garganta. El profesor no le presta atención pero el bulto genital le pone muy cachondo. Cuando se levanta, Jeans se choca con uno de sus alumnos.
--perdón –le dice con un acento inglés que fascina a Simón.
Simón está fascinado por su profesor, le encantaría que pasara algo con él aunque fuera encontrárselo en la ducha después de cada clase.

Esa misma tarde, Simón está en la biblioteca. No hace más que pensar en su profesor. Le gusta mucho. Llega Jerónimo. El chico es guapo, le gusta habérsela comido y le da pena que el chico no quiera ser ni su amigo pero ya no le excita tanto. Eso sí, tiene muy buen culo. Jerónimo imprime, a Simón le gusta verlo caminar.
--¡que culo, es increíble¡ --dice Simón para sí.
No es su culo pequeñito sino más más grande, el tamaño es perfecto. Es un culo muy bien formado. A Simón le hubiera gustado acostarse con él y él mismo se recrimina sus pensamientos.
--No te gusta por muy buen culo que tiene –se dice así mismo—Si no te mira a la cara después de mamársela pues hubiera sido peor si lo hacemos.
Simón cada vez es más sexual, cada vez tiene una necesidad sexual mayor y no le gusta. Él desearía tener un amor. Cada vez que siente necesidad de sexo no deja de pensar en Thiago que no quiso tener nada con él para divertirse con uno y con otro. Siente rabia cada vez que piensa en él.
--¡yo no soy como él¡ --piensa.
A Simón le gusta ver como Jerónimo camina. Va a la impresora pero no encuentra las copias que ha mandado. Simón no deja de mirar ese culo, Jerónimo lo mira de reojo. Simón no quiere que Jerónimo piense que le pasan cosas con él. Jerónimo pasa por el lado de Simón, directo y sin mirarlo.
--bueno, ahora ya he aclarado mis dudas –dice Simón para sí—con Jerónimo no pasó nada y no pasará.
Justo en el momento que Jerónimo se va, Simón ve que ya salen las copias que había imprimido. Se levanta para conocer al chico: son hojas de mariguana que nadie reclama así que no duda que son suyas.
--encima porrero… una razón más para no pensar en él.

En ese mismo momento, Jay está en un lavabo público que hay cerca de un parque. Le gusta ir porque siempre acuden chicos jóvenes y encuentra material nuevo que disfrutar. Sólo hay dos urinarios así que le va perfecto. Cuando entra ve que hay un niño de unos 13 años.
--¡¡ese niño ya se podía ir a otro lado¡ --dice para sí.
Jay se coloca al lado del niño. Espera que el chico salga pronto y pueda disfrutar de un joven guapo. No piensa mirar porque no cree que tenga nada que merezca la pena ser visto ya que apenas debe ir por los 13 años pero está muy separado y como no tiene otra cosa que hacer, Jay le echa un vistazo y queda muy impresionado.
--¡¡joder¡ --dice para sí—como crecen los niños de hoy en día.
Es una verga grande y gorda.
--vaya –piensa Jay—toda una maravilla que me fascinaría tener en la boca… Morder ese pellejo que le sobra.
A Jay le excita esa pequeña punta no circundada que le encantaría morder. El niño es feo y no tiene nada de especial pero está loco por su gran verga. No es la verga de un niño, es la de un hombre. Esa verga a Jay le provoca mucha sed, sed de profanar ese grande y tierno miembro. Le pone muy cachondo ver aquella cosa tan grande y hermosa descargándose.
--claro –va pensando—pero me gustaría que la descarga fuera de leche.
Se la ve claramente y Jay se enamora de ese joven y maravilloso aparato. Cuando el niño se la saca, Jay no puede más. Jay mira al chico con cara de depravado. Se guarda su verga, abre su billetera. Saca muchos billetes:
--¿te quieres ganar un dinero?
Al niño le asusta la mirada del hombre pero el dinero es demasiado tentador.
--¿¿qué tendría que hacer?
Jay con ojos libidinosos señala el wáter, eso asusta al chico:
--tranquilo, no te va a doler.
Al niño le asusta pero agarra el dinero.

Al día siguiente, Simón llega a clase con muchas ganas de ver a Jeans. Se le ilumina el rostro, sus hormonas se le revolucionan todas. Lo ve en la puerta. Lo escucha hablar por el celular, en español pero con un acento inglés que le encanta a Simón. Porque el jersey por dentro del pantalón y se le ve bien el culo. Es bonito, pequeño. Un poco aplastado pero se le ve bien. A Simón le gusta. Se ve muy elegante, muy en plan chico duro. Lleva botas de vaqueros. Simón está totalmente seducido. Los tejanos son negros. Simón está detrás de él, le gusta verlo caminar, le encanta ir detrás de su culo. Pasa por su lado, le gusta verle el paquete. Jeans es guapo y está muy bueno. Simón no deja de suspirar por él.

Como todos los tardes, Simón va a la biblioteca. Aunque está suspirando por Jeans Jerónimo es guapo y le gusta verlo. Pasa por su lado pero a él ni lo mira. A Simón le duele que no le haga caso. Cuando Simón va al lavabo Jerónimo lo mira pero Simón se corta, no se atreve a aguantarle la mirada. Están muy separadas pero, una vez vuelve del lavabo, Simón no le saca los ojos de encima. A Jerónimo lo llaman por el celular. El chico sale deprisa. Hablan contento y simpático. Se ve que se alegra de la llamada y Simón siente algo parecido a celos. Le hubiera gustado que se alegrara así por él. Ha dejado la tarjeta para entrar a la biblioteca en la mesa y así Simón sabe su nombre.
--bueno es un avance, primero le como la verga y ahora ya sé como se llama. Aunque ya no le excita tanto, a Simón le gusta. Le gusta no mirarlo y Jerónimo lo mira de reojo. Simón es muy guapo y está bien para un desahogo pero se da cuenta que Simón busca algo serio y él no es lo que quiere.

Días después… Jeans y Simón están los dos desnudos en la cama. Jeans se la está chupando a Simón y Simón hace lo mismo con la de Jeans. Simón saborea ese gordo miembro.
--tranquilo, que me la vas a arrancar –jadea jeans.
Y es que Simón es muy apasionado.
--¡es que ya no podía más…¡ ¡¡me gustas mucho¡
Jeans sonríe satisfecho. Se aparta de Jeans que suplica que le deje su verga un poco más. Jeans es dulce con Simón lo besa ardientemente, Simón de espaldas, siente el sexo de Jeans mientras va entrando en él. Simón despierta sofocado y mojado. Le ha encantado el sueño pero le frustra que no sea verdad. Se saca los bóxers manchados de su leche. Se viste con prisa. Tiene ganas de volver a ver a Jeans pero al que ve es a su viejo profesor. Jeans ya no va a volver. Eso causa una gran pena en Simón.