lunes, 14 de febrero de 2011

Capitulo 10



(capítulo dedicado al guapísimo Rubén Muñoz)






El rubio y su culo tienen loco a Jay. No deja de pensar en él.
--¡tengo que saber quien es¡
En realidad lo que quiere es acostarse con él. Sus ojos desprenden todo su libido.
--¡va a ser mío¡
Jay en esos momentos sólo tiene pensamientos para una cosa: poseer a ese guapo. Romperle el culo.
--¡lo voy a lograr aunque sea lo último que haga en la vida¡
Al día siguiente, a la misma hora. Va al mismo parque en el que lo conoció. Le provoca mucha ansiedad pensar que tal vez no lo vuelva a ver, que no sabe cómo localizarlo.
--¡lo tengo que volver a ver y no se me va a escapar¡
Jay está sentado en un banco en un banco. Detrás hay una barandilla que separa la zona de los bancos de la de la zona de árboles. Lo ve llegar por detrás. Sube por los árboles y pasa por debajo de la barandilla. Justo detrás de él. Jay está babeando por ese chico. Va hacia una chica que está sentada en un banco justo en frente de donde está Jay.
--¡Esa perra tiene pinta de ser la novia¡ --dice Jay para sí.
Jay está pendiente de los movimientos de ese guapo que es de la misma edad que su hijo. A Jay le encanta como camina el muchacho. Va muy chulillo hacia la chica, con el dedo en el bolsillo de atrás. Lleva jeans. Se le ven arrugas, le sobra un poco de pantalón pero le queda muy sexy.
--¡Qué culo tan perfecto¡ --piensa Jay.
Se le remarcan bien las dos nalgas. Se queda de pie, de espaldas a Jay que disfruta un buen rato del trasero de este chico tan guapo. El chico es muy guapo pero sin duda lo que más le gusta a Jay de él es su culo. El chico va mirando de reojo a Jay. Lo mira con algo de dureza pero prefiere ignorarlo. A Jay le gusta las arruguitas que se le hacen en el trasero cuando se mueve.

El guapo golpea a la chica pero de broma. Ella se queja, él muy cariñoso le pone el brazo para que le pegue. Ella no quiere.
--¡déjame en paz¡ --dice ella.
Jay mira a la chica con odio:
--¡maldita golfa… debería besar el suelo por el que pisa este guapo¡ --dice para sí.
El guapo se va enfadado. El chico baja por dónde subió. Justo al lado de Jay que lo ve culo en pompa. Jay está muy encendido.
--Es mi momento…
Espera que se aleje un poco y va tras él. El guapo ve que el hombre va detrás de él y acelera el paso. Jay entonces corre y le agarra del brazo.
--¡espera¡
El chico se muestra alterado.
--¡Si no me deja voy a gritar¡
--¡No te pongas como una histérica¡ ¡¡podrás gritar cuando tenga mi verga en tu culo¡
El chico es muy despreciativo con Jay lo que enciende el deseo del chico:
--¡Yo no soy maricón¡
--Pero lo has probado…?
Jay se muestra seductor. El guapo da un pequeño empujón a Jay y logra soltarse pero Jay lo agarra de nuevo. No permite que se vaya.
--¡te doy lo que quieras por una noche de sexo¡ ¡lo que quieras¡
El guapo mira a Jay con asco y dice:
--¡no hay dinero suficiente en el mundo para poder comprarme¡
Jay lo suelta pero para sacar su billetera. Lleva mucho dinero. Jay habla con un aire triunfante. Así nunca le han dicho no.
--¡Mi dignidad no tiene precio¡ --dice el chico con rabia.
Jay se le ríe.
--¡pon tu el precio¡
El guapo se aparta de él:
--¡nunca¡
El guapo camina veloz y Jay se pone loco con ese culo. Se coloca a su lado.
--¡te doy un cheque en blanco¡ ¡¡lo que pidas¡
El chico no quiere darle demasiada importancia a lo que está pasando pero la ansiedad de Jay lo está asustando. Agarra su celular.
--¡voy a llamar a la policía¡
Jay agarra del cuello al chico y lo estrella contra la pared.
--¡nos vamos a acostar juntos¡ ¡¡quieras o no¡
Al chico se le cae el móvil. Está muy asustado. Jay mira a su alrededor. No hay nadie cerca que los esté viendo. Está dispuesto a llevárselo a la fuerza y violarlo. Le pone la mano en la boca para que el chico no grite. Lo empieza a arrastrar pero el chico se le resiste. Cae. Culo en pompa. Jay babea, le encanta ese culo. Está loco por romperlo pero decide soltar al muchacho que se va corriendo como un loco. Jay sólo grita:.
--¡si le cuentas a alguien algo de esto te va a ir mal¡
El chico está demasiado asustado. Lo que quiere es no volver a ver a ese hombre endemoniado en su vida. Jay se reprocha así mismo haberlo soltado.
--¡ya lo tenías¡
Jay sabe que podía haberlo violado sin problemas pero eso solo podría hacerlo una vez y ese chico es demasiado guapo como para disfrutar de él una sola vez pero no se da por vencido. Se le ocurre otra cosa. El chico está molesto con su novia, asustado.
--¡seguro que le viene bien descargar¡
Jay acude a uno de sus contactos.
--¡Necesito una prostituta¡… sí he dicho una prostituta… ¡la más guapa y joven¡ ¡¡no importa lo que cueste¡

El chico guapo está llegando a su casa. Una joven exuberante se hace la encontradiza con él. Se chocan.
--¡perdona, no te vi¡ --dice ella.
Él la ayuda con el bolso que se le ha caído (más bien lo ha tirado ella) Ella lo mira coqueta y a ella le gusta.
--Me llamo Anaís –dice ella.
--Yo me llamo Rubén –dice él coqueto.




Minutos después, Rubén y Anaís entran besándose en la habitación de un hotel. Él está muy cachondo. Ella le hace un striptease mientras él espera desnudo en la cama. Rubén está muy excitado y se deja llevar por la chica. Ella le propone un juego al chico. Él se deja esposar a la cama y tapar los ojos con una venda. Sonríe con cara de depravado. No imagina que la chica se esconde en el baño y entonces el que entra es Jay. Rubén se retuerce de placer por el trabajo que le está haciendo supuestamente esa chica. No imagina que es Jay quien lo está chupando, quien se la está chupando. Jay le pone el preservativo por la boca. Él mismo se monta en Rubén. Jay se aguanta los genitales para que Rubén no lo note. Así gozan los dos. Rubén se viene, Jay se esconde de nuevo en el baño. La chica se queda al lado de Rubén. Le descubre los ojos. Él no imagina nada de lo que ha ocurrido.
--te propongo otro juego –dice ella.
--¿otro? –jadea Rubén que apenas tiene fuerzas para nada.
Ella le saca un cinturón, ella se lo pone en la cintura. Tiene un pene falso con el que pretende penetrarlo. A él le asusta.
--¿no me dolerá?
--Seguro pero ¿no lo harías por mí?
A Rubén la chica le gusta mucho. Ella ya ha quedado de acuerdo en todo con Jay.
--si me dejas otra día nos vemos y entonces me dominas tú.
A Rubén ese le gusta así que se deja hacer. Ella de nuevo le tapa los ojos. Le quita las esposas para que se dé la vuelta y lo esposa de nuevo a la cama pero culo en pompa. Entonces de nuevo entra Jay. El hombre tiene que hacer un esfuerzo para no ser violento. Le gustaría que Rubén supiera que es él quien le ha hecho gozar pero sabe que entonces no podría volver a engañarlo y así podrá disfrutarlo siempre que quiera. Rubén grita, le duele mucho y eso excita a Jay. Rubén nota que se rompe por dentro. Muerde la almohada. Aguanta por la promesa de la chica. Se queda hecho polvo. Jay no puede con la cara de satisfacción. Se viste en silencio. Le hace gestos a la chica de que luego la llama y se va. La chica de nuevo va a la cama con Rubén.



Por su lado, Simón pasa todas sus vacaciones triste. Thiago no ha dado señales de vida. Según le ha dicho su abuela pasa todas las vacaciones fuera del país y Simón regresa a casa decaído. Jay en cambio está de buen humor. Rubén lo tiene contento y eso sin que Rubén lo sepa. Jay no es cariñoso con su hijo pero tampoco lo regaña. Simón se encierra en su habitación. Llora tocando su guitarra. Componiendo una canción de amor a su primo. Vivió con él momentos inolvidables y le duele mucho que Thiago no lo haya querido volver a ver.

Días después, Simón ha empezado un nuevo curso. Cómo su padre no le deja tener ni ordenador tiene que hacer los trabajos en la biblioteca. Hay un guapo rubio lo flecha.
--¡Es guapísimo¡ --dice Simón para sí.
El chico le gusta mucho. En especial su culo. Pasa varias veces por el lado de Simón que tiene el culo de ese chico tan guapo casi en la cara. El chico lleva jeans. Le encanta verlo caminar, esas arruguitas que se le hacen en el trasero. El chico le gusta tanto que siente que le está siendo infiel a Thiago. Ese chico es precisamente Rubén, el nuevo juguete de Jay.