martes, 21 de junio de 2011

Capitulo 28


Aguirre y Simón están los dos desnudos. A Simón le ha gustado ver a un hombre como Aguirre desnudo, verle la verga pero no le despierta ningún interés sexual pero quiere un amigo y le gusta la manera en la que lo mira Aguirre. Aunque Simón es muy tímido, aunque (pese a que ya se ha acostado con varios chicos) no tiene mucha experiencia a la hora de relacionarse con la gente siente el deseo de Aguirre. A Aguirre le gusta mucho Simón ya que es guapísimo pero es demasiado joven.
--¡Es de la edad de tu hijo¡ ¡¡¿te gustaría que le hicieran eso a tu hijo? –no deja de preguntarse.
Pero pese a que no quiere sentir nada, no puede evitar que se le vayan los ojos tras las bolas del chico, tras su trasero. Es muy tierno y muy guapo.
--¡no mirés, no mirés¡ --no deja de repetirse Aguirre.
Simón se va secando con la toalla. Le gusta provocar a Aguirre, sentirse deseado. El hombre se ve brusco pero Simón está seguro que es bueno, que puede confiar en él, que puede ser el amigo que necesita para no estar solo. También está el despecho. Le ha dolido que Ignacio lo dejara plantado y está dispuesto a acostarse con cualquiera. Aguirre lleva la toalla ya en la cintura pero Simón sigue desnudo.
--Ponte la toalla, no seás exhibicionista –dice Aguirre con su tono de voz brusco.
Simón se ruboriza, está siendo demasiado descarado de lo acostumbrado. Él no es así pero siente que el deseo de Aguirre lo hace hombre, más seguro. Está seguro que a Aguirre le gusta verlo desnudo pero también a veces lo desconcierta, teme estar equivocándose. Simón agacha la cabeza.
--lo siento.
--No te preocupés.
A Aguirre le despierta mucha ternura el chico. Se da cuenta que está solo, que necesita mucho cariño pero él en todo caso lo que podría es echarle un polvo y le sabe mal usar a ese chico que está buscando un amigo sólo para descargarse, para divertirse. Está seguro que a Simón, con tal de tener un amigo, no le importaría ponerse a cuatro patas para que él le hiciera lo que quisiera.
--No, no podés aprovecharte de él –se dice Aguirre para sí.
Simón se pone la toalla en la cintura. Se rasca la cabeza. No sabe bien qué decir pero se siente solo. Creía que con Ignacio no se iba a aburrir y ahora que él lo ha supuestamente traicionado pues quiere estar con Aguirre. Aguirre le agarra la mano.
--te lastimaste.
La mano tiene raspaduras, le sangra.
--No es nada.
Aguirre no le suelta.
--Tengo un botiquín, yo te curo.
Simón se sienta en la taza del wáter. Aguirre le cura la mano. Es algo tosco pero se muestra amable. A Simón le gusta estar con él.
--gracias, eres muy bueno.
--Tampoco hace falta que me hagas la pelota.
En la trastienda hay una pequeña vivienda.
--¿y vivís aquí? ¿no tenés familia?
A Aguirre le pone nervioso tener que contestar a esas preguntas. Se ve nervioso pero Simón no se da cuenta.
--No –dice tosco.
Aguirre saca algo de ropa que tiene.
--¿qué le dirás a tu familia? Notarán que llegas con otra ropa.
--Estoy con mi abuela, tampoco ve mucho la pobre. No notará la diferencia.
Se quedan los dos desnudos. Simón tenía ganas de verle la verga pero ya se la conoce, ahora no le importa pero sí se da cuenta que Aguirre está excitado, que le gusta verse desnudo. Simón se abrocha los pantalones. Sale tras Aguirre que va a la tienda. Le queda poco para abrir.
--Ya te puedes ir…
--¿ya?
Simón no tiene nada qué hacer. No quiere quedarse esa tarde solo.
--Me quiero quedar…
--Yo tengo que abrir la tienda.
--Te puedo ayudar.
--Estás en vacaciones.
--Dijiste que tienes mucho laburo…
--No te puedo pagar…
--No quiero que me pagues…
Se hace un silencio. Simón sonríe, pone cara de bueno. Aguirre habla de una manera tosca pero tiene buen fondo.
--Está bien pero te quedas en el almacén y no sales cuando haya gente, no quiero que me acusen de explotar a nenes…
--¡oye no soy ningún nene¡
--bueno pibe no rompás, si te querés quedar te quedas pero que nadie se entere. No me metás en problemas…
--¡está bien¡




Los dos días siguiente, Simón no falta a la tienda. Se la pasa con Aguirre. No se aburre y almenos tiene un amigo aunque es secreto. A Aguirre le pone nervioso la presencia de Simón.
--¿piensa quedarte todo el día?
--Sí.
--Es que no tienes otra cosa qué hacer?
--me gusta estar con vos… sé que a vos también…
--pero qué decís… --nervioso.
Aunque es tímido, todos los rechazos que ha sufrido lo han curtido. Busca un amigo, Aguirre no le atrae así que no puede lastimarlo. Simón lleva cuatro días sin sexo y es algo que echa de menos. Además le gustó la verga de Aguirre.
--Pues eso, que te gusta verme desnudo. Sé que te gusto, que eres gay como yo.
Aguirre se pone nervioso. No esperaba que Simón se lanzara de esa manera. Como siempre Aguirre habla brusco pero Simón no se lo tiene en cuenta.
--A ver niño… tú no me puedes dar lo que necesita un hombre como yo.
--Estás seguro?
Simón le guiña el ojo, se muestra coqueto. Descarado como nunca Simón pensó que se podría mostrar. Simón empieza a desnudarse, siente el deseo de Aguirre y eso lo anima.
--A que juegas? –Aguirre nervioso.
--¿y tú? –dice Simón sonriendo y bajándose los calzoncillos.
--Qué buscas?
--Compañía, un amigo.
Simón acaricia a Aguirre y Aguirre no lo rechaza. Se besan ardientemente. Aguirre le tenía demasiadas ganas a ese chico. Se arrodilla ante él y engulle el tierno miembro de Simón con ganas, con rabia, con deseo. Simón agacha la cabeza. Sonríe satisfecho.
--¡lo sabía¡ ¡lo sabía¡ sabía que no me había equivocado. ¡Te gusto¡
--¡callate¡
Algo brusco Aguirre se levanta, Se desabrocha los jeans y se la saca. La tiene ya muy gorda.
--¡¡cómetela¡
Y Simón no se lo hace repetir porque lo estaba deseando.