jueves, 2 de febrero de 2012

Capitulo 69



Ángel está ofendido por las palabras de Simón. Su relación es muy tierna y a Ángel le duele que Simón le hable así.
--¡A mi no me faltes al respecto que yo no soy uno más en tu larguísima lista¡
--Si claro, pero con Bauer sí te dejabas –protesta Simón.
--No seas tonto.
Ángel quiere besarlo. Simón no se deja.
--¡Ahora soy yo quien no quiere¡
Simón se va furioso. Ángel quiere seguirlo pero Simón camina muy rápido y lo pierde. Ángel se mete de nuevo en el lavabo. Está muy triste. Nicolás lo observa a lo lejos. Sonríe satisfecho. Ángel se lava la cara. Llora. Entra Nicolás en el lavabo. Se muestra coqueto.
--Eres demasiado lindo para llorar. Simón no te merece. No sabe hacerte feliz.
Ángel mira a Nicolás, que lo acaricia excitado, lloroso.
--Se enojó conmigo pero yo lo amo.
Nicolás le acaricia las lágrimas muy dulcemente.
--pero te merecés algo mejor, alguien como yo.
Y de repente va y lo besa. Es algo de improviso. Ángel no se lo esperaba pero responde. Nicolás está deseando saborear ese cuerpecito. Ángel ha gozado del beso pero se siente muy triste.
--Esto no está bien.
Nicolás lo está desnudando con la mirado.
--Tranquilo. No pasó nada. ¿vamos a mi casa? Estarás mejor.
Ángel está muy aturdido y se deja llevar.


Simón camina hacia un bar gay que conoce. Nunca se había animado a entrar pero la rabia lo hace entrar. Es un chico muy atractivo. En la barra se encuentra a un chico que lo devora con la mirada. Simón siente el deseo del chico.
--¿te invito a lo que querás?
El chico se se levanta y se sienta junto a Simón. Lo pone la mano en la entrepierna.
--Buf, eso me gustaría que me lo dejaras en otra parte o que me dejaras pagarte de otra manera –dice excitado.
Simón está rabioso. Necesita descargar y se lanza sobre el chico. Lo besa. Le muerde los labios.
--sabes dónde están los lavabos? –le pregunta sofocado.
El otro le sonríe:
--vamos?
Simón lo sigue. Es un lobo hambriento y herido.


En la noche, Simón y Ángel están llenos de culpa. Simón se siente muy sucio. No tiene cara para ver a Ángel y a Ángel le pasa lo mismo. Está mirando por la ventana de su cuarto. Y Simón mira hacia allá. La mirada de uno se clava en el otro. Se miran llorosos.
--¿subís? –le pregunta Ángel.
--No quiero crearte un problema con tus viejos.
--¿no querés? Me gustaría hablar contigo. Subí.
Simón quisiera darse una ducha antes. No quiere tocar a Ángel después de haberse acostado con otro. Ángel lo está esperando ansioso y Simón no lo quiere hacer esperar. Ángel lo está esperando ya con la puerta abierta. Se abrazan con desesperación. Sollozan.
--perdóname –Ángel.
Eso es algo que impresiona a Simón.
--No, perdóname tú.
Los dos se sienten muy culpables y como temen que hablando se descubra lo que han hecho pues se van besando. Así llegan al dormitorio de Ángel. Hasta la cama.
--Hazme tuyo. Quiero que seas el primero.
Ángel lo mira con inocencia, con miedo. También con culpa. Desea así borrar el sabor de los besos de Nicolás. Ángel está dispuesto a coger con Simón para lavar sus culpas. Simón lo desea a Ángel pero se siente demasiado sucio. No quiere acostarse con Ángel cuando él ya ha satisfecho su lujuria con un tipo al que no volverá a ver y del que no sabe nada. Ese gesto de Ángel, que nota inseguro, le enternece mucho.
--Te amo, te amo tanto.
Ángel se muestra apasionado y torpe. Mete su mano bajo el jersey de Simón para sacárselo pero Simón no se lo permite. Se levanta sofocado.
--No, así no. No es el momento.
Ángel lo mira confundido. Ha pensando mucho tomar esa decisión y no esperaba que simón le dijera que no. Ángel es un chico virgen pero Simón es un chico con una larga experiencia sexual. Ángel es consciente que Simón necesita otro tipo de relación y él está dispuesto a dársela. No pensaba que le iba a decir que no.
Simón está excitado y sofocado. Lleno de culpa. No quiere manchar su relación con Ángel. Le sonríe con ternura.
--No. Así no. No ahora. No lo necesito. Te amo y no quiero más.
Ángel lo mira algo confundido.
--¿estás enojado conmigo?
Simón se traga sus lágrimas. Siente que no merece a Ángel pero le hace demasiado feliz y no quiere renunciar a él.
--claro que no pero estoy cansado. Prefiero acostarme temprano. Mañana nos vemos y todo será como cuando nos conocimos, nos haremos a la idea que el día de hoy no ha existido.
Eso es algo que también quiere Ángel.
--Nos vemos mañana –Simón.
--hasta mañana.
Simón se va para no caer. Si ángel insiste simón no se va a resistir y le parece demasiado injusto para Ángel. Se muestra sonriente ante Ángel pero no puede evitar que unas lágrimas deslicen por su rostro.




Simón al llegar a su casa se mete en la ducha y llora. Quiere sacarse de su cuerpo el olor a ese tipo. Llora y se maldice.
--¡sos un boludo¡ ¡nunca has tenido amor porque no te lo mereces¡
Simón está enojado con él mismo. Siempre quiso tener lo que tiene con ángel y justo cuando lo ha logrado va y se acuesta con otro.
--¡soy una bestia¡ ¡¡una bestia¡ ¡¡¿cómo le hago eso a mi angelito?¡
Y se reclama con amargura mientras su rostro está inundando en lágrimas. En serio desea despertar y hacer que todo lo que han vivido con ese día sea una pesadilla. Cae en el piso de la bañera llorando amargamente.

Ángel está en su casa aturdido. Se acaricia los labios pero no son los besos de simón los que saborea. También los de Nicolás y eso es algo que le confunden.
--¡Yo amo a Simón¡
Pero le ha gustado que Nicolás lo besa.
--menos mal que finalmente no fui con él. Sino no sé que hubiera pasado. Simón tiene razón, no debo estar cerca de Nicolás. Me puede hacer cometer un error que no quiero.
No entiende qué le ha pasado con Nicolás. Le ha gustado como hombre pero no es como con simón y no quiere que nada lo aleje de Simón. Se ha dejado llevar por la discusión por Simón pero también le ha gustado.