jueves, 15 de marzo de 2012

Capitulo 97







Iker está viviendo su momento más feliz junto a Simón.
--No le puede seguir ocultando las cosas, le tengo que decir que soy el hermano de Ángel.
Pero tiene miedo de su reacción. Ha pasado la mejor tarde de su vida y sabe que ha llegado el momento de decirle la verdad pero le da miedo la reacción de Simón. Entra en la habitación de su hermano. No sabe exactamente porque, pero piensa que tal vez el estar entre las cosas de Ángel lo puede ayudar a aclararse. Está tranquilo porque Simón tiene la luz apagada y cree que no hay nadie. Iba a bajar la persiana.
--No sé porque la vieja actúa como si Ángel estuviera en la casa. Sube la persiana, limpia, como si no hubiera pasado nada.
Es entonces cuando se da cuenta que está frente a frente a Simón. Simón mira a Iker con el rostro desencajado.
--¿qué hacés acá?
Iker ha pensando mucho en cómo le iba a decir esa verdad que no sabe si tenga tanta importancia pero qué no sabe cómo la tome Simón. Lo que sí tiene claro es que no es de esa manera cómo se lo quería contar. Simón se queda esperando. Confía en una buena excusa que justifique lo que parece una burla. Iker no ve que le tenga caso seguir ocultando la verdad.
--Ángel es mi hermano.
Simón mira a Iker con rabia?
--¿qué es esto?¿una venganza? ¡Me querías enamorar y luego dejarme? ¿Fue idea de Ángel? ¡¡Yo lo dejé pero él…¡
Simón se lleva las manos a la cabeza. No acabe la frase. Iker está desesperado.
--¡te juro que fui sincero contigo, Ángel no sabe que somos novios¡ ¡No te recuerda, no tiene caso¡
Simón se siente defraudo, decepcionado. Unas lágrimas deslizan por su rostro.
--¡Me has estado engañando todo el tiempo¡
Golpea la ventana con rabia.
--¿¡porqué?
Es una pregunta que le nace del alma. La hace con dolor y con pena.
--¡No, yo no te engañé¡
Simón se muestra dolido:
--dime que tú no sabías de mi, que Ángel no te habló de nosotros.
La cara de culpa de Iker lo dice todo. Simón va a bajar la persiana dolido:
--se te cayó tu juego, ahora no quiero verte más.
Iker está muy angustiado.
--¡No, tenemos que hablar, bajá o yo vengo a tu casa¡
Simón lo mira triste.
--No hay nada de qué hablar. Me engañaste.
Simón está muy dolido, muy triste y a Iker le hace daño el dolor de su amado porque se da cuenta que Simón lo quiere mucho.
--¡dejame explicarme¡
Los novios discuten cada uno en una ventana.
--¡dime que no sabías de mí¡ ¡¡dímelo¡
--¡Me enamoré de ti cuando te vi, no sabía bien quién eras. Lo deduje porque les vi discutí pero…¡
Simón se siente estafado y no quiere saber nada más.
--¡Vete a la mierda¡
Cierra la ventana con rabia y dolor. Se tumba en la cama y llora. De nuevo le han roto el corazón, le han fallado. Todos los hombres le rompen el corazón, siente que sólo juegan con él.
--¿porqué no puede ser feliz? ¿porqué nadie me toma en serio?





Iker golpea la ventana con rabia.
--¡Simón, te amo¡ ¡¡Te amo¡
Se oye unos gritos de un vecino.
--¡callate, maricón¡
Iker siente un gran dolor dentro de él. Da una patada a la pared. Se lastima pero aún así sale de su casa. Toca a casa de Jay. Jay lo mira con odio.
--¿¡qué querés?¡
Jay no sabe quien es ese chico pero lo mira con tanto odio que Iker se tira para atrás. Traga saliva. No es capaz de mirarle a los ojos.
--¿está Simón?
Jay se aparta de la puerta. Mira al joven con desprecio. Iker entra pero se queda en la puerta. Está intimidado. Jay está furioso.
--¡Simón, ven acá¡
Simón sale de su cuarto. Se ve triste.
--¿qué querés, viejo?
Simón se queda paralizado al ver a Iker. Jay mira con rabia a su hijo. Señala a Iker y dice:
--¡no quiero a tus amigos en la casa¡
Simón está muy dolido, se nota que ha llorado e Iker está conmovido por eso. Simón no quiere hablar con Iker.
--él no es mi amigo. Es un vecino, el hermano de Ángel. Yo no tengo nada que hablar con él.
Simón se encierra en su cuarto. Iker se quiere acercar pero no se lo permite. Le sorprende la mirada libidinosa de Jay.
--Así que tu hermano es Ángel, ¿también eres sobrino de Carlos?
--si claro.
Aunque no se le parece, a Jay le excita saber que ese joven tan guapo lleva la sangre de su amado.
--¿y qué tenés con mi hijo?
Iker no se atreve a hablar. Además no le gusta nada como lo está mirando Jay. Jay clava sus ojos en los genitales del chico que se ven bastante apetitosos y grandes. Jay se da cuenta que se ha vuelto a despertar su instinto sexual. Jay se acerca a Iker. Es un hombre mayor, su mirada da miedo, además Iker se da cuenta que algo está creciendo dentro del pantalón del padre de su novio. Eso le da asco.
--¡Yo me tengo que ir¡
Iker se va corriendo y Jay le mira con deseo el trasero.
--¡pero qué le ven al tarado de Simón¡
Jay está muy caliente.
--¡Este no se me escapa¡ ¡¡aunque sea a la fuerza mañana me divierto con él¡

Simón toca su guitarra para callar su alma. Jay no le dice nada porque se tiene que dar una buena ducha fría. Se toca pensando en el cuerpo de Iker. Ese chico le llena de deseo pero no le despierta ternura, no le preocupa hacerle daño. La mirada de Jay es enfermiza.
--¡será mío, sí o sí¡
Iker está sofocado. Triste por Simón y angustiado y sofocado por cómo lo ha tratado Jay.