jueves, 22 de diciembre de 2011

Capítulo 54




Rafael le echa a Simon un polvo muy rápido que sirve más de satisfacción a Rafael que a Simón. Aunque Simón no llega a venirse sí le causa placer haber conocido al profesor en su estado más puro, haberlo visto la verga. Nada más venirse, Rafael se sube la ropa y sale disparado del baño sin darle tiempo a reaccionar. Simón se ha quedado conmocionado. Más por el hecho de haberse acostado con el guapo profesor que por el placer que ha sentido. No ha sido su mejor polvo pero sí le ha gustado vivir ese momento. No se arrepiente, ha disfrutado mucho haciéndole una mamada a Rafael. Le ha gustado ver como esa cosita tan pequeña se ha convertido en algo gigantesco. Le ha gustado, no se arrepiente pero le sabe a poco y además Rafael es su profesor. No sabe qué tipo de relación le gustaría tener con él ni la que podría. Sabe que Rafael se ha ido, que no lo está esperando. Le hubiera gustado que le dijera algo, aunque fuera una amenaza, una advertencia de silencio pero le duele que una vez más lo hayan abandonado tras echarle un polvo. Rafael ha sido de los más egoístas porque no se ha preocupado para nada del gozo de Simón y lo ha dejado ahí tirado. Simón está conmocionado por todo lo que ha pasado. Se sube al ropa. Tira el condón al wáter. Se queda ante el espejo mirándose. No puede creer que haya vivido un momento como ese. Sonríe.
--¡Me he acostado con Rafael¡
Le tenía demasiadas ganas pero estaba seguro que no podría ser.
--¿no que era casado? Tal vez estoy equivocado. No puede ser que esté casado y se vaya acostado con sus alumnos.
Se conformaba con verle la verga y no puede creer que se la haya comido, que la haya tenido dentro de él. Está contento pero aturdido.
--¿y ahora qué?
No le gusta la idea que una vez más hayan jugado con él, que lo hayan usado como mero objeto de placer, como un desahogo.
--pero Rafael es mi profesor. No puede desaparecer.
Por un lado le tranquiliza saber que a Rafael lo tiene controlado, que no le puede hacer como los demás, que no puede borrarse de su vida tras divertirse con él pero del otro lado eso es algo que le pone muy nervioso.
--¿y ahora cómo lo miro a la cara?
Simón se moja la cara porque está muy sofocado. Si ya le costaba concentrarse en las clases sin pensar en la verga del profesor ¿qué pasará ahora que se han acostado juntos? Eso es algo que le pone muy nervioso. Trata de calmarse.
--No te preocupes, Simon. Él es un hombre maduro, seguro que sabrá que hacer. Él hablará conmigo. Él me tiene qué decir lo que haremos.
Aún tiene clases pero está demasiado ansioso, no se podría concentrar en nada. Sólo piensa en qué se ha acostado con su profesor. Sabe que su padre le tiene prohibido ir a casa antes de hora.
--pero él está en el trabajo, ¡no va a enterarse¡
Nunca ha entendido porque su padre no quiere que vaya a su casa de sorpresa.
--Si quiere tener alguna amante puede llevarla a un hotel.
Pero ya se ha acostumbrado a no cuestionar a su padre. Llama por teléfono. Le toma la llama la mujer que les limpia. Así va a casa tranquilo sabiendo que su padre no va a estar. Simón se da una ducha. Está muy ansioso. Salta. Ríe. Está muy nervioso. Sale envuelto en la toalla. Pasa la tarde tocando con su guitarra. Es la única manera de relajarse.

(Con la colaboración especial de Nicolás Vazquez como Nico)



Al día siguiente, va nervioso a clase. En la segunda hora le toca con Rafael y no sabe qué va a pasar. Va al bar de delante de la universidad. Sabe que el profesor suele tomar un café. Le gustaría verlo antes de estar en sus clases pero el profesor no aparece. Simón está muy ansioso, también sediento. Disfrutó mucho de la verga de Rafael pero no del polvo. Le apetece echar un buen polvo. Necesita tener un hombre a su lado. Le gustaría que Rafael fuera ese hombre y él no saber es lo que lo tiene inquieto. Ve ir al lavabo a un hombre culo bonito, en jeans. Se enamora de su culo y lo sigue. No es que sea muy descarado pero sí es menos disimulado que de costumbre y que es le apetece disfrutar de una buena verga. Se conformaría con vérsela a ese hombre. Eso lo tranquilizaría a la espera de hablar con Rafael. Se la ve cuando Simón se está poniendo. No creía que lo lograría porque él hombre no está muy separado pero lo logra. Es una buena verga. Más larga que la de Simón. Sobretodo es gordita. Es una imagen muy bella que a Simón le hace olvidar a Rafael. El chico le sonríe.
--Me llamo Nicolás, mis amigos me dicen Nico.
Con una mano se la agarra y con la otra la extiende. Simón está muy nervioso. Encajan sus manos.
--Yo soy Simón.
Simón está muy nervioso porque está tocando la mano de ese hombre mientras le mira la verga y nota la mirada de Nicolás en su verga y eso se la está haciendo crecer. Nicolás es muy coqueto.
--No sé si te parecerá muy rápido pero me has puesto muy cachondo. Tengo una hora libre, tengo moto. ¿Te vienes a mi casa? Nos podemos divertir un poco.
Siente que no debe, que es una traición a Rafael.
Pero Nico es muy seductor.
--¿no te apetece?
Simón no se puede resistir. Acostarse con dos hombres en dos días... Sabe que se va a arrepentir pero no quiere desaprovechar la ocasión. Además Nicolás es muy afectuoso, se preocupa mucho por él, se preocupa porque goce y eso a Simón le gusta mucho. Le hace sentir importante. Es más joven que Rafael pero mayor que él. A Simón le gustaría pensar que pueden tener algo, la manera en la que lo trata le hace pensar que pueden llegar a ser almenos amigos. Le gusta viajar en la moto, abrazado a él. Luego los dos desnudos en la cama. Se disfrutan. Se comen la verga el uno al otro a la vez. Simón Se queda a cuatro patas mientras Nicolás se va colocando el condón a la vez que humedece con su saliva y sus dedos el culo de Simón.
--Que bien entra… --jadea Nicolás.
--dímelo a mi –jadea Simón.
Simón se retuerce de placer. Nicolás es lento, saborean el polvo.
--mi culo… ah… --jadea Simón.
Nicolás es muy cariñoso.
--¿qué te pasa? Si te hago daño dímelo.
--Me gusta mucho –jadea Simón con intensidad.
Nicolás sonríe satisfecho.
--A mi también.
--ah, joder que bien… --jadea Simón.
--sí joder que gusto –jadea el otro.
Está un buen rato así.
--No pares, dame fuerte –gime Simón.
--No puedo, me vengo… --aulla Nicolás.
Simón se queda desnudo en la cama retorciéndose de gusto.
--ha sido increíble.
Resopla. Nicolás salta de la cama. Se empieza a vestir.
--perdona que te eche así pero se me va a hacer tarde.
--Sí claro.
Nicolás va rápido. Los dos están sofocados. Nicolás no le dice nada y Simón no se atreve a preguntar. No quedan en nada pero lo deja en el bar. Luego cada uno entra en la facultad por su lado. Simón nervioso porque ahora le toca clase con Rafael. Se queda en shock cuando comenta que Rafael tenía pedida una excedencia y que ayer era el último día. Nadie entienden porque no se despidió pero no volverá. Simón no puede creer que Rafael se la haya jugado de esa manera. Y lo que tampoco puede creer es cuando conoce al profesor que lo sustituye: Nicolás.