lunes, 8 de agosto de 2011

capitulo 37







Simón está haciendo pis al lado de ese feo desconocido pero está encantado. Poca veces ha visto una verga tan buena. El chico es muy feo pero tiene muy pero muy buena verga. Simón no deja de mirar con descaro. Nunca es tan descarado pero es que está demasiado cachondo. La verga del feo es muy gorda y se ve que es muy peluda. Se le ve muy vello en la entrepierna.
--creo que la tiene durilla-- se va diciendo para sí-- No la tiene dormida, se ve dura pero igual es impresionante.
Y Simón se ha olvidado totalmente que el chico le parecía un horror, le apetece disfrutar de la verga de ese chico. El feíto es muy tímido. Mira a Simón fijamente. Los nervios hacen que parece enojado y Simón se da cuenta que ha sido demasiado descarado, aunque le cuesta mucho no estar todo el rato mirando esa cosaza que tanto le ha gustado, se gira un poco. El feo no sabe bien que se supone que tiene que hacer. Nunca un guapísimo como Simón lo había mirado de esa manera.
--No, si puedes --balbucea nervioso.
No sabe bien qué decir. El feo no tiene una vida sexual activa, nunca se ha acostado con un desconocido pero lo que jamás ha hecho ni pensó jamás que podría pasarle es acostarse con un chico tan guapísimo como Simón. Lamenta que Simón está muy pegado al urinario y no se le puede ver la verga pero nunca pensó que alguien como Simón se fijaría en él. Verle la verga ya le parecía demasiado pero ¿tenerlo? No se hace a la idea que Simón quiera con él. Simón es un chico impresionante, todo un monumento. No puede creer que quiera algo con él pero es que la manera con la que Simón le estaba mirando la verga no deja lugar a dudas.
--puedes mirarme si quieres, no me importa. Al contrario. Me gustaría que me la enseñaras vos también.
Los dos son bastantes tímidos, están al borde de un infarto. El feo porque no puede creer que eso esté pasando de verdad y Simón porque tiene demasiadas ganas de comerse esa verga.
--¡Eres gay?¡ --pregunta Simón exaltado.
--sí, tu también ¿no? --pregunta el feo tímido y nervioso.
--claro --dice Simón.
Simón se aparta su mano para que el feo se la pueda ver sin problemas.
--No es gran cosa --dice Simón.
Simón, dormida, la tiene de un tamaño normalito, de hecho es más grande que la del feo porque como ya se había dado cuenta la del feo está ya en erección. Igual es muy gorda y a Simón le gusta.
--a mi me encantaría chupártela --dice el feo que no puede creer que un chico como Simón quiera algo con él.
--y a mi la tuya --Simón muy caliente y que sólo tiene ojos para esa verga que le gusta mucho.
El feo sonríe, Simón está cachondo. Se muestra distante con el otro, desea esa verga y punto. Se ha olvidado completamente de Ramiro. Éste está impaciente esperando que salga el feo para entrar y chingarse a Simón.
--pero ¿porqué no sale?¿qué tanto hace? --se pregunta.
Sonríe pícaro imaginándose a Simón desesperado porque ese chico tan feo no sale y ansioso por estar con Ramiro. Ramiro se imagina a Simón muerto por él, suplicante porque le eche un polvo y eso le hace sentir muy orgulloso.
--ya vas a tener tu premio pero conmigo vas a tener que ser paciente, verás como merece la pena --dice para sí.
La realidad es muy distinta a la que imagina Ramiro. Simón y el feo se guardan sus respectivos miembros ante la mirada cómplice y caliente del otro. Al feo le cuesta más guardársela porque está dura. No le cambia el tamaño pero es muy gorda y peluda y eso tiene cachondo a Simón y no se quiere quedar con las ganas de probarla. Al feo le pone cachondo ver a Simón con los pantalones desabrochados. Está deseando lanzarse sobre él.
--¿tienes sitio?
Simón hace que no con la cabeza y eso fastidia y mucho al feo.
--¿Y entonces? porque yo tampoco.
Ninguno de los dos quiere esperar. Simón quiere la verga del feo, el feo lo quiere todo de Simón. Simón lo mira pícaro. Le señala el wáter.
--tranquilo, yo ya lo he hecho varias veces acá. No nos van a ver.
El feo tampoco lo ha hecho nunca en un lugar público y le da vergüenza y miedo pero daría su vida por ese polvo que le está ofreciendo Simón. Los dos son tímidos pero Simón es el que domina la situación. El feo está demasiado sorprendido, no puede creer que eso le esté pasando a él. Simón está muy caliente y apoderado de la belleza genital de ese chico tan horrendo. Lo empuja hacia la taza del wáter mientras cierra la puerta con el cerrojo. El feo se va desabrochando los jeans. Simón le ayuda a bajárselos junto con los calzoncillos y se lanza hambriento contra esa maravilla. Simón llena su boca de la verga del feo que cuando la ha conocido ya está en su estado más grande. Es enorme pero no tanto como pensó Simón pero eso no desanima a Simón que se moría de ganas de comérsela. Devora esa gorda y velluda verga con verdadero apetito. La disfruta. Es muy gorda y grande y no le cabe entera en la boca. Sólo la mitad. Acaricia y lo va masturbando, toca lo que no le cabe en la boca. El feo se retuerce de placer. Simón goza mucho por esa rica mamada que le están haciendo. Goza al ver de rodillas a un chico guapísimo haciéndole ese rico trabajo. No quiere hacer ruido para que nadie los oiga pero le cuesta mucho quedarse callado, no puede evitar que se le escape un pequeño gemido junto a un:
--joder, que gusto.
Los dos están retorciéndose del gozo.
--que bien joder --jadea el feo que nunca pensó que un chico tan guapo metiera su verga en la boca.
Simón chupa con fuerza. Esas palabras pone aún más caliente a Simón que le agarra bien de los testículos mientras se la chupa y lo masturba.
--ah, si, que bien la chupas, macho. Nunca me la habían chupado tan bien, ya no puedo más... --jadea.
Entonces Simón se levanta. Su paquete quede a la altura de la boca del feo. Simón se saca su bella verga que está bien crecido pero aún no dura del todo. El feo lo masturba y luego se la mete en la boca. Aunque la de Simón no es tan grande como la del feo y le cabe entera perfectamente en la boca, mete sólo la punta. A Simón le gusta que se le coman la verga entera pero se ha enamorado de la verga del feo y lo que quería es tenerla dentro. El feo va comiendo esa rica punta encantado. Le gusta mucho Simón. Le lame por los lados, los testículos.
--bien, así. Me gusta --jadea Simón.
Pero le va moviendo la cabeza para que se la mete un poco más en la boca y vaya más rápido. Simón se va acariciando su bello culo, está muy caliente. Por unos momentos, Simón empuja la cabeza del feo contra su verga que se la traga casi entera.
--si, así ahora. No pares, rápido --jadea Simón.
Simón le aprieta la cabeza para que no la suelte mientras se viene y el feo saborea la leche de Simón. A Simón le encanta que se coma su semen. El feo tiene ganas de descargar. Está ansioso pero no dice nada. Pregunta con la mirada ¿y ahora qué?
Simón le pone su culo en la cara para que se lo chupe. Está deseando tener esa gorda y grande verga dentro de su culo.
--¿¿llevas condón, no?
El feo se queda frío.
--pues no.
Eso paraliza a los dos.
--¿y entonces? --jadea Simón culo en pompa y girando la cabeza.
El feo saca algo de su bolsillo. Es una carta:
--me acaba de llegar.
Son los resultados de un análisis de sangre. El feo se llama Nicolás y es donante habitual de sangre. Le muestra hasta su documentación para que Simón se fíe de él.
--te recomiendo que te hagas donante habitual de sangre. Así salvas vida y podés demostrar que no tenés sida si te hace falta.
Simón no necesita más pruebas y el feo se muere por echarle un polvo a Simón sin importarle las consecuencias. Simón se apoya en el wáter y Nicolás se la mete poco a poco. No tiene experiencia y lo que no quiere es que Simón vaya a gritar y se estropee todo.
--¡que culito que tenés¡ --dice del feo acariciándole esa bella parte.
Simón se retuerce de placer.
--bien, si sí...
Con la mano guia los movimientos de pelvis de Nicolás hasta que su culo se traga esa gorda verga.
--así, así... bien --jadea Simón.
Ramiro entra en el lavabo.
--¿y estos dónde se han metido?
Reconoce los jadeos de Simón. El que esté con otro es algo que le da muchos celos. Se enoja porque él quería ser el único en acostarse con Simón.
--¿¿pero que se ha creído este que es? ¡él es mío¡ ¡¡sólo yo puedo tener su cuerpo, sólo yo puedo hacerlo disfrutar¡ ¡sólo puede chingar cuando a mi se me pegue la gana¡
Le da rabia que Simón tenga una vida sexual ajena a él, aparte de que:
--¡con un monstruo deforme¡ ¡¡sí que está desesperado¡
Por un lado le da rabia y por el otro y por el otro disfruta al pensar que cómo él no le ha querido dar lo que necesita, Simón está tan desesperado que se ha tenido que conformar con ese feo tan horrible.
--¡pues Simón se lo ha perdido, me podía haber tenido a mi y se queda con esa cosa¡
Pero en realidad Simón está disfrutando mucho siendo penetrado por Nicolás y se ha olvidado del resto del mundo. En cambio Ramiro sale del lavabo rabioso.