lunes, 31 de enero de 2011

CAPITULO 8






















Simón y Thiago durante la cena se miran con complicidad, con deseo. La atracción que sienten el uno hacia el otro es potente. Thiago mira a Simón con ojos libidinosos. A Simón le pone nervioso que su abuela vaya a darse cuenta de lo que está pasando. A Thiago le hace gracia la cara de susto de Simón. Le gusta jugar con él, le pone la mano en el muslo. Muy cerca de los genitales. Simón casi se muere del susto.
--¿qué hacés? Mi abuela si va a dar cuenta –susurra Simón.
Simón está ardiendo, Thiago se le ríe:
--si no cambias esa cara sí que se va a dar cuenta que pasa algo –le susurra.
Simón mira la boca de Thiago. Se la comería. No soporta sentir su tacto y tener que controlarse, frustrarse. Aparta su silla de la de Thiago para que no pueda tocarlo, almenos no tan cerca de ahí. Thiago lo va tocando con los pies. Lo mira lascivamente. Doña Esperanza se ocupa de servirles.
--¿todo bien?
Simón tose. Le gusta mucho Thiago pero siente que es algo sucio, que no sólo está mal que le guste otro hombre sino que el que sea su primo lo hace mucho peor.
--bárbaro –dice Simón que le cuesta mucho descontrolarse.
Thiago le guiña el ojo. Le sonríe. Simón se sonroja. La anciana se sienta con ellos.
--ustedes están muy raros.
--¡no, no¡ ¡¡para nada¡ --Simón.
Simón le da conversación a su abuela para no pensar tanto en Thiago. Justo en el momento en el que la abuela se levanta, Thiago se pega a Simón y le susurra:
--recuerda que me has prometido que esta noche te haré lo que quiera.
Thiago le habla pícaro, se aparta de Simón. Hace como si nada. Simón siente que el corazón se le va a salir de la garganta. Thiago está deseando quedarse a solas con su primo. Ya no puede más, quiere debutar. Va a debutar con Simón, esa misma noche.

Doña Esperanza friega los platos. Se va a dormir, los muchachos suben a la habitación. Thiago cierra la puerta con el cerrojo.
--al fin solos –dice Thiago mirando a su primo con cara de depravado.
Simón está muy nervioso.
--¿vemos la tele?
Thiago le acaricia la mano:
--sabes que mañana en la mañana me voy ¿no?
Simón siente muchas emociones dentro de él. Tristeza por la separación con su primo, excitación por la cercanía de él. Hace que sí con la cabeza.
--¿sabes lo que me gustará que hiciéramos?
La cara de Thiago le pone muy nervioso a Simón que hace que no con la cabeza. Thiago es muy pícaro:
--sí, lo sabes.
Simón está muy nervioso. Thiago tiene la palabra sexo escrita en su mirada y para pensar en otra cosa, Simón le pregunta:
--¿volverás el año que viene?
--Ya hablamos de eso.
Simón lo sabe y no le gustó la respuesta, por eso repite la pregunta con la ilusión que la respuesta sea otra aunque sea mentira.
--No creo. Lo más posible es que no nos veamos más, que está sea nuestra última noche.
Simón nunca había sido tan feliz. Estar con Thiago es como estar en el paraíso, le desespera la idea de volver a la vida de antes. No cree poder vivir sin Thiago. Quisiera decirle todo lo que le está pasando pero Thiago se está comportando de una manera demasiado frívola y no se atreve a decirle nada. Quiere mostrarse el que no pasa nada pero no puede. Llora. Thiago es muy dulce con él. Lo acaricia, le seca las lágrimas.
--No llorés, yo quiero que estés contento conmigo.
--Me has cambiado la vida, te echaré de menos --solloza.
Thiago le sonríe. Le va besando las lágrimas. Le besa en las mejillas, le seca las lágrimas con sus besos. Se funden en un cálido beso. Thiago lo va llevando a la cama.
--vamos a despedirnos de la mejor manera posible.
Simón no dice nada. Thiago y él caen sobre la cama. Thiago lo va desnudando. Simón tiembla de nervios, de deseo.
--¿qué somos tú y yo?
Thiago le sonríe. Frota su cuerpo contra el de Simón, lo mira fijamente. Lo besa. Lo acaricia.
--callate, tienes una deuda conmigo.
Simón se va dejando llevar. Queda desnudo ante Thiago, no se tocan la verga para evitar que se vengan antes de tiempo. Thiago le da la vuelta, le chupa todo el ano. Simón se retuerce de placer. Simón no piensa bien en lo que pasará, cree que Thiago se conformará con lo de siempre, que Thiago se dará por satisfecho con lo que le está haciendo pero de repente:
--Ups
Thiago está vestido, se desabrocha los pantalones y se clava en él. Simón siente un gran dolor, no siente placer aunque le gusta tener a Thiago dentro de él. Simón se muerde el labio. Es un extraño dolor pero que le gusta. Muerde la almohada para no gritar.
--¿duele mucho? –jadea Thiago.
--No, sigue… --gime Simón.
Simón se está retorciendo del dolor pero es un dolor que le gusta. Le duele pero quiere hacerlo, quiere que Thiago sea el primero. Thiago lo está rompiendo y Simón aunque el daño es mucho está contento de hacerlo. Por suerte es breve, Thiago queda conmocionado. Mira a Simón con una sonrisa traviesa. Desde que conoció a su primo ha deseado estrenarse. Está feliz. Misión cumplida. Se miran cómplices. Simón está en shock. No sabe bien qué debe sentir. Thiago jadea:
--¿quieres tú?
Thiago se pone de lado, le muestra su tierno trasero. Simón traga saliva. Está nervioso.
--¿no será peligroso? Digo… Así sin condón.
Thiago se le ríe:
--si los dos somos vírgenes…
Thiago se saca toda la ropa ansioso.
--conmigo no hay peligro, con otro sí. No lo hagas nunca sin preservativo.
Thiago se tumba en la cama, culo arriba. Simón se coloca sobre él. Frota su sexo en el trasero de él.
--chupame el culo… mojamelo un poco.
Simón se muestra algo torpe pero los dos lo disfrutan. Hunde su lengua en el ojete de Thiago que jadea, se retuerce de placer.
--¡métemela¡ ¡¡métemela ya¡
Simón tiene miedo de lastimarlo pero Thiago se había alguna vez introducido algún objeto y no le duele tanto. Thiago siente un placer muy rico que le gusta mucho. Su rostro es el de plena de satisfacción mientras que Simón resopla una vez ha explotado en el interior de Thiago. Simón tiene ganas de abrazar a Thiago pero Thiago se muestra brusco. Se cambia en la cama, quiere dormir. Simón siente que para él no ha sido sólo sexo, que ha sido algo muy importante en su vida.
--Si mi padre se entera de esto me mata…
--ya deja de vivir con tanta culpa. Disfruta.
--es que para mi padre es monstruoso la idea de dos hombres juntos…
Thiago le apaga la luz.
--¡venga, vamos a dormir¡
Thiago se queda dormido enseguida, Simón está muy ansioso. No puede dormir, siente que para Thiago no ha sido tan importante, que le daba igual uno que otro y eso le duele.





Lejos de ahí, Jay está en su casa. Desnudo en la cama con dos jovencitos. Uno rubio y un moreno. Jay y el moreno se besan. Jay lo acaricia. El rubio besa en la oreja al moreno que es el que está en medio. Jay va besando al moreno por el cuello, el hombro. Le agarra la verga. Lo va masturbando. El moreno besa a Jay detrás de la oreja, lo acaricia. El rubio besa al moreno detrás del cuello. Jay y el rubio se besan mientras Jay y el moreno se van masturbando. Después de nuevo Jay y el moreno se besan. Jay besa el vientre del moreno, va bajando y le traga la verga. Jay jadea gozoso mientras el moreno le va lamiendo la verga mientras lo masturba. Lame la verga de Jay con ganas, le lame los lados, los huevos. Después la traga. El rubio va acariciando a Jay. Lo besa en el culo. Lo besa y le acaricia el culo. Luego es Jay quien se divierte con la zona genital del moreno. Le mosdisquea los huevos. Lame la verga de arriba abajo.
--besame –le pide el rubio a Jay.
Jay lo besa ardientemente. El rubio empieza a masturbar al moreno mientras que Jay va mirando. El moreno vuelve a chuparle la verga a Jay mientras que el rubio le acaricia, le chupa el culo al moreno. Le mete los dedos. El moreno traga entera la verga de Jay. El rubio se anima y se la empieza a chupar a Jay mientras que el moreno acaricia los huevos de Jay, le va acariciando los muslos. El rubio traga la verga y el moreno la va lamiendo por los lados. Los jadeos de Jay son fuertes, se retuerce del placer. Luego el rubio besa a Jay y el moreno le traga la verga al rubio, lentamente. Le va acariciando los testículos. El rubio mira mientras Jay y el moreno se frotan las vergas. El rubio besa la oreja del moreno. Jay traga la verga del moreno. Se la chupa con profundidad, mueve la lengua rápido, fuerte. El moreno jadea. El rubio mira mientras se masturba. El moreno y Jay se las chupan a la vez mientras el rubio mira masturbándose.
--hum, muy buena… ¡me encanta tu verga¡ --va diciendo Jay.
Jay disfruta esa verga pero quiere más.
--¡ahora te la voy a meter¡ --Jay.
--Nunca me la han metido –dice el moreno.
Jay y el rubio se miran con complicidad:
--¿le enseñamos como se hace?
El rubio no dice nada, sólo pone el culo en pompa. Jay es violento, golpea al rubio con sus manos, con su verga. El moreno está algo asustado pero ya es tarde. Jay no lo dejaría escapar.