martes, 21 de febrero de 2012

Capitulo 78



Juan y Jay están los dos desnudos en la cama. Por más que Juan se la mama, la verga de Jay parece que disminuya en vez de crecer. Y es que Jay no deja de pensar en su primer amor y en Ángel. Su cuerpo rechaza otro cuerpo que no sea el de Ángel. No ha querido tener sexo con nadie desde que conoció a Ángel y ahora se da cuenta del error al acercarse a Juan. Se aparta violentamente. Salta de la cama.
--¡ya, pará¡
Juan se queda en la cama desnudo y sorprendido. No le gusta Jay, demasiado viejo, pero le han pagado para eso y desea complacer al hombre.
--¿no es esto lo que querés? Que te gusta?, decime.
Jay se sube los bóxers. Agarra sus pantalones.
--¡ya, olvida que me has visto¡ ¡¡no me interesa nada de vos¡
Juan sonríe con cara de pervertido.
--Si eres impotente, si no se te levanta yo puedo ser el activo. Es normal a tu edad pero no apsa nada. Has pagado por sexo y yo te doy lo que quieras. Vas a gozar como nunca en tu vida. Soy muy bueno.
Jay se tira encima de Juan. Lo agarra del cuello y lo golpea.
--¡a mi no me insultes¡ ¡no soy un viejo impotente¡
Jay golpea a Juan que pese a ser más joven y más fuerte no se defiende porque la mirada de Jay le aterra. Se queda desnudo y golpeado. Jay se descarga golpeando a ese guapo en el rostro. Luego se acaba de vestir y se va.
--¡estás loco¡ --grita Juan cuando se ha ido Jay.
Se acaricia el rostro. Está lastimado.
--ese viejo está loco pero bueno, me ha pagado mucho dinero por esto.
Jay se encierra en el ascensor. Empieza a dar puñetazos y patadas. Está frustrado, rabioso. Cae al piso llorando amargamente.

Para Simón y Ángel parece que no ha pasado el tiempo. Simón con su voz y su guitarra enamora a Ángel que aplaude entusiasmado.
--¡otra, otra¡
Ángel es el primero que valora la música de Simón, que le gusta y a Simón eso le hace feliz.
--¿en serio te gusta?
--¡sos el mejor cantante del mundo¡
Simón sonríe contento y sigue tocando. Jay no tarda en llegar. Está furioso. No soporta escuchar a Simón feliz. Agarra una cerveza de la refrigeradora y se tumba en el sofá.
--¡Deja de gritar, Simón¡ ¡¡no soporto tus berridos¡
Eso interrumpe la música de Simón. Se para en seco porque está atemorizado.
--como tu padre te trata así?¡, tu voz es música celestial. Debería estar feliz de escucharte. Es un don lo que tienes –Ángel.
A Simón le llena de emoción las palabras de Ángel pero le vence el gran miedo que siente hacia su padre.
--nos vemos mañana.
--No, quedate un rato más.
Simón va cerrando la ventana.
--No, no quiero que mi viejo entre y nos vea. Me puede ir mal.
A Ángel le duele mucho que su novio viva amenazada.
--Tu padre debe respetarte. No debe amargarte porque él sea un amargado.
Simón sonríe. Le gusta que Ángel, pese a su juventud, sea tan valiente.
--si mi viejo te oye nos va a ir mal.
--Yo no le tengo miedo –Ángel altivo.
Simón le sonríe:
--pero yo sí. Mejor no te metas.
Simón le manda un beso. Cierra la ventana y se tumba en la cama. Sonríe excitado y enamorado. Ángel es lo mejor que le ha pasado. Está feliz de estar con él pero el recuerdo de Juan y sus amigos le hace vibrar y le hace sentir sucio.
--soy un miserable, no merezco a Ángel.
Una lágrima desliza por sus mejillas pero es demasiado feliz a su lado para renunciar a él, para decirle la verdad.
--No voy a volver a fallarle. ¡Nunca¡
Simón está decidido a olvidar sus impulsos sexuales para tener la relación romántico que Ángel espera.



Amanece un día más. Simón se ducha contento.
--hoy va a ser un gran día.
Ha pasado página. Su triple infidelidad ha quedado en el olvido. Ahora se centra en ángel. Es su novio y eso lo hace feliz. Ángel lo está esperando ya en el portal. Simón lo recibe con un beso.
--te amo tanto.
Ángel no le dice nada. Sólo responde con un beso. Ángel tenía miedo de no poder mirar a los ojos a Simón, de que le notara que le ha sido infiel pero Simón tiene demasiadas ganas de abrazar, de besar a Ángel. Van contentos a la facultad. No comparten clases y no se ven. Ángel lo espera en la salida.
--¿Qué querés hacer esta tarde? --Simón.
--tengo que estudiar pero no lo llevo bien.
--¿de qué asignatura es?
--Historia de la Filosofía Antigua, ¿cómo lo llevás?
--No se me da mal. El profe que tenía el curso pasado era muy bueno. Te puedo pasar unos apuntes.
--claro, nos vemos en mi casa y así traes tu guitarra.
Se miran con mucho cariño.
--pero no creo que estudiemos.
--No importa, lo que quiero es estar contigo, que me toques la guitarra.
A Simón le encanta tocar y le parece buena la propuesta de Ángel.

Ángel esa tarde está solo en casa. Recibe a Simón que llega con sus apuntes y su guitarra.
--¿querés tomar algo?
--lo mismo que tú.
Ángel le prepara un jugo. Lo lleva a su cuarto. Se sientan en la cama. Los dos muy juntos. Simón toca y Ángel escucha y aplaude.
--¡muy bueno, muy bueno¡
Simón no está acostumbrado a que lo feliciten. Le gusta que Ángel lo halague.
--¿en serio te gusta?
--si, me emocioné.
--¿en serio?
Simón sonríe y a Ángel le encanta esa sonrisa. Acaricia el rostro de Simón que cierra los ojos para disfrutar esa sonrisa.
--Eres el mejor chico del mundo. Enamorás a cualquiera con tu música.
Simón acerca sus labios a los de Ángel y lo besa. Es un beso ardiente. Simón está sofocado. Ama a Ángel pero la pasión que le hicieron sentir esos tres está gravado a fuego en su cuerpo. Necesita algo más que los besos y las caricias de Ángel. Se va tirando encima de él. A Ángel le gusta mucho Simón y se deja llevar. Simón está muy caliente. No deja de tocar, de acariciar a Ángel. Mete su mano por debajo de la remera. Con una mano le va levantando la remera y con la otra le quiere desabrochar los pantalones. Todo eso sin dejar de besarlo.