miércoles, 6 de abril de 2011

Capitulo 17











Hace días que Simón no ve a Ramiro, después de hacer el amor con él, Simón esperaba otra cosa. Cada vez que va a la biblioteca, se conecta en el ordenador, más que estudiar, hacer lo que tiene que hacer, se la pasa esperando a Ramiro. Le duele pensar que a lo mejor no lo volverá a ver. A Simón le cuesta concentrarse en su trabajo. Ese día lo logra, está concentrado mirando la pantalla del ordenador. Siente una voz que le dice:
--buenas, ¿cómo va?
Ramiro está pasando detrás de él. Simón se gira. Sonriente, lo saluda con la mano. Lleva jeans, se le ve buen trasero. Lo ve caminar y a Simón le gusta mucho. Le decepciona que Ramiro le trate como siempre, como si no hubiera pasado nada. Es algo que Simón no puede entender. Se pasa todo el rato esperando que Ramiro se acerque a él.
--No puede ser que después de acostarnos él me trate como si nada –dice Simón para sí.
En un momento dado, Ramiro se gira. Se ha dado cuenta que Simón no hace más que mirarlo y le gusta. Sus miradas se encuentran. Ramiro alza el brazo totalmente y le sonríe sin despegar los labios. Simón suspira, sonríe enamorado. Está esperando el mejor momento para acercarse a él.
--si va al lavabo lo sigo y ahí me tendrá que dar una explicación –dice Simón para sí.
Simón quiere hablar con Ramiro a solas, no se atreve a hacerlo delante de la gente y, aunque no quiera sólo sexo, le atrae la idea de acostarse con él, de volver a disfrutar de su verga. Una verga grande y hermosa de la que ha disfrutado mucho. Es la hora ya de cerrar la biblioteca y Ramiro nada que va al lavabo.
--¡me he acostado con él, faltaría más que no tuviera derecho a hablar con él¡ --dice Simón para sí.
Simón está muy nervioso. Nunca ha tenido una relación con nadie y no sabe bien cómo debe enfrentar lo que está pasando. Siente que el corazón se le va a salir del pecho. Ramiro está despeinado, mira la pantalla. Se ve agobiado. Simón se acerca a él. Lo saluda. Ramiro lo mira sorprendido.
--¿te vas?
Ramiro está con las piernas abiertas. Se le ve un buen paquete. Simón traga saliva recordando la verga de Ramiro de la que tanto disfrutó.
--yo también me voy ahora.
--si claro, es la hora de cerrar –Simón.
Ramiro le sonríe. Se levanta. Simón se queda detrás de él mientras Ramiro recoge. Ramiro se muestra algo frío con Simón. Se rasca la espalda. A Simón le gusta el culo de Ramiro. Es pequeño, se le ve un poco aplastado pero le resulta muy sexy. Ramiro le da la mano a Simón:
--bueno, hasta otra. Nos vemos.
Ramiro se va rápido. No le da tiempo a Simón a reaccionar, Simón se queda tan sorprendido que no es capaz de hacer nada. No puede comprender porque Ramiro lo trata como si no hubiera pasado nada después de acostarse juntos. Ramiro en la puerta se encuentra con Juan. Se van los dos juntos. Juan fulmina con la mirada a Simón que mira fijamente a Ramiro. Juan abraza por los hombros a Ramiro para marcar su terreno.
--que corra el aire, ¿no? –dice Ramiro.
--¿qué pasa con ese chico? ¿porqué te mira tanto?
Ramiro sigue caminando, Juan a su lado.
--No sé de qué me hablás.
--el pibe ese te estaba comiendo con los ojos ¿Quién es?
--Un amigo.
--¿te lo has hecho con él?
--Soy un hombre con mujer, no me vengas con escenas de celos. Soy solo tu amigo.
A Ramiro le gusta sentir el deseo tanto de Juan como de Simón. Deja a Juan con la palabra en la boca y se va con una sonrisa. Se siente orgulloso de tener dominado a esos dos chicos. Simón sale molesto y celoso. Le ha dolido que Ramiro haya pasado de él y que se haya ido con otro. Simón da patadas a la pared.
--¡¡no se va a burlar de mí¡ ¡¡me voy a acostar con el primer chico que se me ponga a tiro¡
Dice esto pasando por una esquina. Ve que hay un chico haciendo pis en plena calle. El chico lo ha oído y le sonríe coqueto. Simón se lo queda mirando algo cortado. Él chico es algo feúcho, no merece mucho la pena pero le gusta la verga del chico.
--No es tan linda ni tan grande como la de Ramiro pero está bien –dice Simón para sí.
El chico se aprieta bien la verga para sacarse la última gota. Simón se lo queda mirando. Está furioso, herido y esa verga le gusta. Le apetece comérsela. El chico se guarda la verga y le dice:
--Yo estoy dispuesto. ¿vamos?
Simón tose, se pone nervioso.
--¿cómo?
El chico le sonríe:
--Me llamo Jaime, mis viejos tienen un almacén acá cerca. Ahora no estarán, vamos o no sé… nos echamos una mamadita, lo que queramos.
Jaime le guiña el ojo. Cuando salió de su casa, Simón no esperaba que se acostaría con su tercer chico, que sería un desconocido que ni siquiera le ha gustado físicamente. Verle la verga lo ha puesto cachondo, además está molesto con Ramiro.
--¡Vamos¡
Jaime mira excitado a Simón. El chico es guapísimo y no puede creer la suerte que ha tenido.

Jaime invita a Simón al almacén. Es un lugar bastante sucio. Simón se está arrepintiendo de haber ido. Jaime se lo queda mirando.
--¿me la chupas tú o yo?
--¿¿Cómo? –Simón.
Simón se muestra nervioso. Todo es demasiado frío.
--Yo es que… --balbucea Simón.
Jaime le sonríe. Está muy excitado. Simón le gusta mucho.
--No serás virgen ¿no?
--No… no… pero yo creo, que … no debería …
Simón balbucea nervioso. Tiene intención de irse pero Jaime le rompe la boca con un beso.
--No te vayas.
Jaime no despierta ningún tipo de pasión en Simón. Se acostaría con él solo por rabia y no le gusta.
--creo que…
Jaime pone la mano de Simón en sus hombros. Lo empuja hacia abajo. Simón queda ante los genitales de Simón.
--mámamela –le dice Jaime mientras se la saca.
A Simón le gusta la verga de Jaime, se deja llevar y disfruta. La verga de Jaime se hace más grande aún en la boca de Simón. El chico se deja llevar. Simón se desnuda mientras Jaime busca el preservativo, se cubre. Jaime pone a Simón a cuatro patos. Se clava en él. Es un polvo bastante rápido. Jaime es el único que disfruta.
Ramiro por su lado está dándose una ducha. Piensa en Simón.
--A ese chico lo he matado, estoy seguro que no me olvida, que no podrá volver a estar con macho en mucho tiempo.