viernes, 3 de febrero de 2012

Capitulo 70




Ángel y Simón van juntos a la universidad. Ha comenzado un nuevo día. Ninguno de los dos menciona nada de lo que ha pasado el día anterior. Los dos tienen intención de hacer como si no hubiera existido. Tienen clase. Es la que comparten con Nicolás. Ángel no tiene ganas de ver a Nicolás porque no sabe si podrá estar en su clase y no recordar que se besaron. Simón odia a Nicolás. Primero por la manera en la que lo trató y ahora porque está seguro que le quiera hacer lo mismo a Ángel. No le dice nada porque no quiere discutir. Nicolás separa a la pareja. Ordena que los que van más adelantados se sientan delante y Simón se queda solo atrás y furioso. Cuando salen de la clase, Ángel trata de hacer como si nada pero Simón está celoso.
--¿¡porqué le hiciste caso? ¡nos ha separado¡
--es el profe y no es para tanto. Ahora podemos estar todo el día juntos. ¿Vamos esta tarde a la piscina? La entrada hoy es para un comedor benéfico. ¿Vamos?
Simón no le hace caso a Ángel. Está furioso.
--¡Ese imbécil te estaba coqueteando delante de toda la clase y tú le reías las gracias¡
--No claro que no.
--¡Me pones los cuernos y en mis narices¡ ¡¡Eso no te lo voy a permitir¡
Simón está furioso y Ángel no puede con la culpa.
--son imaginaciones tuyas.
Pero Simón nota las dudas de Ángel y eso lo ciegan. Se golpea los puños.
--¡el profesor se quiere acostar contigo y lo peor es que cuando lo logre te va a tirar como un trapo sucio¡
--claro que no, Nico no quiere nada conmigo.
Ángel piensa con culpa en el beso que se dieron. Simón le agarra del brazo a Ángel.
--¡júrame que no ha pasado nada¡
Ángel se queja.
--me haces daño, bruto.
Simón le suelta el brazo. Se lleva las manos a la cabeza.
--¡maldito Bauer¡ ¡lo ha tenido que estropear todo¡
Simón siente rabia y culpa. Él se ha acostado con otro y se siente mal por estar reclamando a su novio pero son muchos sus celos. No soporta que Nicolás ande detrás de Ángel. Se lleva las manos al pelo para calmarse. Luego pone las manos en las mejillas de Ángel. Lo mira fijamente.
--¿paso algo entre ustedes?
Ángel no es capaz de sostenerle la mirada.
--No.
Simón sabe que le está mintiendo y eso le duele. Da un puñetazo a la pared.
--¡eres un mentiroso¡
Simón se va dolido. Ángel lo llama.
--espera, mi amor ¡espera¡
Lo llama con desesperación. No le importa que sus demás compañeros se ríe. No logra alcanzarlo porque Nicolás se mete en medio. Ángel así pierde de vista a Simón. Y le duele. Llora. Nicolás le acaricia las lágrimas:
--Otra vez llorando? Vamos a mi apartamento. Conmigo estarás mejor. Yo sé que te gustó mis besos. Hoy puede ser el día de tu vida.
Ángel lo mira confundido.
--Esto no está bien.
--No haremos nada que tú no quieras.
Nicolás abraza a ángel. Ángel no se da cuenta que Nicolás le saca el celular. Ángel se aparta de él.
--¡no, tengo novio¡
Ángel se va corriendo. Nicolás sonríe con el celular de Ángel en sus manos. Le mira el culo excitado.
--¡que a gusto te lo voy a romper¡
Está seguro que se va a acostar con ese niño y eso lo excita mucho.

En la tarde, Simón está triste. Por un lado quiere llamar a Ángel para pedirle perdón pero por otro lado siente que a Ángel le pasa algo con Nicolás y eso le pone mal. Se acuerda de la invitación a la piscina. Busca un traje de baño. Darse un chapuzón le vendrá bien y así además puede hacerse el encontrandizo con Ángel.

Ángel espera que Simón vaya a buscarlo para ir juntos a la piscina. No quiere perder a Simón y decide buscarlo en su casa. No le teme a Jay. Pica en el domicilio pero no hay nadie. El rostro del chico se ilumina:
--¿y si me fue a buscar a la piscina?


Simón sale en bañador. Se seca con la toalla. No hay ni rastro de Ángel. Va a los vestuarios a buscar su celular y le marca a Ángel. Es Nicolás quien recibe la llamada. Sonríe con maldad porque es el momento que estaba esperando. Sabe que es Simón quien llama.
--¿Quién llama? Ángel no se puede poner, está en la ducha –dice como si no supiera quien es.
Simón reconoce la voz del hombre. Se llena de rabia.
--¿¿Bauer? ¿¡qué haces con Ángel?¡
Nicolás le cuelga y desconecta el celular. Simón, que vuelve a marcar, se convence que está pasando algo entre su algo y ese profesor que se burló de él. Da golpes en la pared. Está furioso. Se baja el bañador y se mete en la ducha. Descarga su rabia. Mete su cabeza en el chorro. Da puñetazos contra la pared. No se había dado cuenta que un gordito lo estaba mirando ardiendo. El gordito no le saca los ojos de encima al desnudo Simón, en especial esas bellas partes colgantes. Simón se enfrenta al chico:
--¿¿qué mirás?
El gordito se ruboriza.
--No estaba mirando nada.
Simón se le lanza encima.
--¡no me vas a tratar de tarado¡
El gordito está excitado por tener tan cerca al desnudo Simón pero a la vez asustado porque cree que Simón lo voy a golper.
--¡vení acá¡
--¿Dónde vamos?
--Callate…
Simón es muy violento. La rabia y los celos lo hacen actuar así. Se encierra en el wáter. La puerta es muy pequeña. Sólo en medio. Se ve la parte de arriba y la de abajo pero Simón necesita descargar su rabia y no le importa nada. El gordito está tan excitado que sólo piensa en ese chico desnudo que tiene a su lado y que no sabe qué quiere. Simón obliga al gordito a arrodillarse y le mete la verga en la boca. Es agresivo pero el gordito está encantado.

Ángel está esperando a Simón en la puerta de la piscina. Lleva ya un rato esperando. Se convence que no va a venir y muy triste entra. En bañador, va a la ducha. No hay nadie. Pasa por el lado. Se ve los pies de dos chicos fornicando.
--¡ay gente que no se mide¡ ¡¡que asco¡ --dice para sí.
Oye unos jadeos. Son del gordito.
--¿cómo te llamás?
Reconoce la voz de Simón.
--¿¡qué te importa? Callate. Nos van a oír.
Ángel se queda helado. No puede ser. Ese no puede ser Simón. Sólo al acercarse a la puerta puede verse lo que ocurre allá y ve a su novio penetrando a ese gordito. Los dos se comportan como animales salvajes. Ángel sufre una gran decepción y se va llorando. Es un polvo rápido. Simón, cuando descarga, tira el preservativo al piso. Se sube el bañador y abandona al gordito sin decirle nada. El gordito queda en shock. Simón está rabioso, no se ha enterado que Ángel lo ha descubierto.

Ángel va hacia su casa. Llora. En la puerta lo espera Nicolás. Le entrega el celular.
--se te perdió esto.
Ángel está muy herido y se lanza sobre Nicolás abrazándolo:
--¡Vamos a tu casa¡ ¡¡quiero que me hagas el amor¡
Nicolás mira a Ángel como un lobo hambriento mira a su víctima. Se van en su auto. Ángel está muy dolido, decidido a pagar a Simón con la misma moneda.