viernes, 25 de noviembre de 2011

capitulo 50





Sí, ese moreno le ha revolucionado las hormonas a Simón, es muy guapo, tiene muy buen culo pero tiene poca verga. La mirada seductora del chico lo ha calentado a Simón pero no quiere que lo use como un objeto de placer, de todas formas sí le gustaría tener algo con él. Así que los dos entran en el wáter. Simón se arrodilla mientras el moreno se desabrocha los pantalones. Estos y los boxers quedan a la altura de las rodillas. Simón disfruta mucho llenando su boca de esa verga que es pequeña así que tampoco le llena demasiado. Sí disfruta acariciando ese duro culo. El chico no se da la vuelta pero Simón se va moviendo un poco. Lo toca, le chupa los testículos sin dejar de acariciarle el culo. Le lame un poco las nalgas, se le ve de lado y a Simón le encanta.
--sigue, sigue comiéndome la verga --jadea el morenazo.
Simón obedece. Cuando se está por venir, el chico se la saca para venirse en toda la cara de Simòn. Eso es algo que al morenazo le hace sentir poderoso y a Simón no le molesta. Su verga está muy dura y él sigue vestido. Le encantaría poder clavarse en ese culito que tanto le ha gustado. Mientras Simón se limpia la cara, el morenazo al que se la ha comido desaparece sin decir nada. Simón se tiene que aliviar sólo y eso le da mucha bronca. Le molesta que ese moreno sea tan guapo como egoísta y se alegra de no haberse acostado con él. Almenos así no se ha sentido tan utilizado.

Finaliza el primer trimestre, Simón viaje a su pueblo. Disfruta de la verga de Aguirre y del amor de su abuela. Doña Esperanza tiene una sorpresa para su nieto. A una amiga le ha tocado en un sorteo un viaje al Canadá y se lo cede a él.
--tienes el tiempo justo de hacerte el visado, te vas en los últimos días de vacaciones así tu padre no tiene porque enterarse.
Un viaje él solo no es algo que le apetezca pero siempre soñó con encontrar el amor en un viaje, vivir unos días especiales con un chico en un bello lugar. Con esas esperanzas aterriza en la capital canadiense. Descansa en su hotel. En los días siguientes va haciendo su visita cultural como a la Galería Nacional de Canadá. Va de museo en museo. No ve nada que le emocione especialmente aunque tiene preparada una visita a las cataratas del Niágara y eso es algo que le hace mucha ilusión. Eso es ya el final de su viaje.


Entra en un bar. De repente se queda mirando a alguien ¡no puede ser él¡ Ve a Ignacio que está tomando una cerveza típica en una de las mesas. Almenos eso es lo que le parece. No puede creer que sea Ignacio pero el chico es clavado a él. Simón está muy dolido con Ignacio. No puede dejar de pensar en sus encuentros, en la amistad que le ofreció. Le gusta verlo pero no quiere que Ignacio se dé cuenta. Pasa un buen rato pendiente de él porque tiene la manía que el chico si o sí va a ir al lavabo. No sabe si lo que desea es verle la verga o reclamarle a solas. Cuando Simón se da cuenta que Ignacio se prepara para ir al lavabo se le avanza para que no parezca que lo sigue. Simón no quiere que Ignacio se dé cuenta que tiene interés en él porque cree que Ignacio le ha tomado el pelo y dos veces. No es el tipo de hombre que le gusta pero sí se ilusionó con él, con su amistad. Ignacio entra en el lavabo. Le excita mucho el culo de Simón pero no se da cuenta que es él. Nota la tensión del otro e Ignacio, para evitar que el otro se enoje, pues no mira cuando se pone. Quiere ver si tiene buena verga y luego ya sí mirarle a la cara. Simón mira de reojo, le excita ver como Ignacio se la saca de unos calzoncillos blancos. A Simón le gusta vérsela. Es de un tamaño medio pero está bien. Se le ve dormida, arrugada. Simón se pone cachondo. Se aparta un poco, Ignacio logra verle la verga. Es de un tamaño normal pero se le hace apetecible.Es entonces cuando Ignacio se da cuenta de la identidad del chico de al lado. No se lo puede creer.
--¡Simón¡
Simón lo mira con muy mala cara. Se la guarda con rapidez (no ha hecho pis, no tenía) y se dispone a irse. Con una mano, Ignacio se agarra la verga y con la otra le agarra el brazo a Simón. Se muestra suplicante, desesperado.
--¡mi viejo tuvo problemas con el fisco, tuvimos que huir del país¡
Simón se lo saca de encima. Está caliente porque le ve la verga pero está demasiado dolido.
--¡tú siempre tienes excusas para todos tus engaños, cabrón¡ --le escupe.
Simón va hacia la puerta pero Ignacio no lo piensa dejar escapar. Está muy bueno y le gusta demasiado. Se la guarda y sin abrocharse los pantalones le muestra su pasaporte, le da su celular. Se muestra angustiado.
--¡¡llamate, así a los dos nos queda el número¡ ¡¡no te quiero volver a perder¡¡quiero que me tengas localizado, quiero tenerte localizado¡
Ignacio saca una libreta y le anota su dirección, su número de celular y se la pasa a Simón para que haga lo mismo. Es algo que sorprende a Simón.
--¿siempre llevas para anotar?
Ignacio se muestra desesperado.
--¡sabía que era imposible pero si te volvía a ver quería poder anotar todos tus datos para no volver a perderte¡ ¡No quiero que pienses que me burlo de ti, eres el chico que más me ha gustado¡
Ignacio le suplica una oportunidad. Se ve ansioso y a Simón le emociona.
--¿hablas en serio? ¿de veras quieres algo conmigo?
--¡No deseo otra cosa, no hace falta chingar pero sí quiero que tengamos algo¡ --ansioso.
Simón lo besa en los labios. Es un beso ardiente que viene acompañado de un:
--acepto.
Los dos se miran sofocados y cachondos. Ignacio espera que Simón lo arrastre hacia el wáter pero no es así.
--vamos a tomar algo y así nos damos el máximo número de datos para no volver a perdernos --Simón.
Ignacio muestra mucho interés en Simón y eso a Simón le encanta. Ignacio lo acompaña al hotel. Pasa un buen rato con Simón pero se le nota que quiere sexo y es que desde que conocíó a Simón no ha vuelto a tener sexo. A Simón le gustaría dejarlo con las ganas pero le apetece pasar la noche con él.
--Mañana voy a las catarratas del Niáraga, supongo que las conoces.
--Pues no, estoy enojado con mi viejo y no he querido salir.
Simón le sonríe e Ignacio se derrite.
--¿me acompañás?
Ignacio hace que sí con la cabeza.
--tengo que salir temprano pero me gustaría pasar la noche contigo --Simón.
Ignacio no lo duda. Se miran con cariño y se besan y ahora sí hacen el amor. Lo hacen con ganas. Se quedan un buen rato en la cama desnudos. Les traen la comida a la habitación. Se quedan mirándose muy contentos. No es amor lo que sienten (para Simón es sólo compañía e Ignacio sólo sabe que quiere estar con él) pero a los dos les apetece pasar un bonito día juntos.












Llegan hasta las catarratas en barco, cubiertos con impermeables con impermeables son conducidos hasta los túneles Table Rock, al pie de las catarratas desde donde tienen una vista espectacular legado del periodo glacial donde el lago Erie vierte sus aguas en el lago Ontario con un caudal de catorce millones de litro por minuto. A Simón le gustaría estar en un lugar tan bonito con el chico que ama, le parece muy romántico. No es Ignacio el chico con el que le gustaría estar pero sí le gustaría besarlo como esa belleza de la naturaleza como testigo pero Ignacio no permite que ni le dé la mano en público. Eso le da pena a Simón pero tampoco le puede echar en cara nada puesto que sólo son amigos. Eso sí, en el hotel, esos amigos se convierten en dos amantes apasionados que gozan el uno del otro, el uno con el otro. Ambos lamentan haberse encontrado en el momento de la despedida. No saben cuando volverán a verse pero sí tendrán contacto. Aunque a Simón le gustaría, Ignacio no quiere pasar otra noche fuera de casa porque tiene miedo que su padre lo descubra pero queda con Simón para despedirlo en el aeropuerto. Se besan con emoción, se llevan un bonito recuerdo el uno del otro y saben que serán amigos en la distancia.

Ignacio no llega para despedir a Simón. Simón lo llama, lo espera pero va a perder el vuelo. Simón tiene que embarcar e Ignacio no ha aparecido. Simón lo pone un mensaje en el celular deseándolo lo peor, maldiciéndolo y deseando no volver a verlo. Ignacio no ha llegado porque, por la emoción, mientras iba a buscar a su chico, ha cruzado sin mirar y un auto le ha pasado por encima. Ha recibido un golpe en la cabeza y si vida corre serio peligro. Simón abandona ese lugar donde ha vivido horas bonitas llorando, lleno de dolor, cansado que siempre lo engañen.