martes, 29 de marzo de 2011

Capitulo 16






Simón se muerde el brazo para no gritar del placer y del dolor. La verga de Ramiro es el doble de la de Thiago. La única a la que Simón estaba acostumbrado. Siente como si lo rompieran por dentro, es como si de nuevo perdiera la virginidad. El culo de Simón tiene que acostumbrarse a la gorda verga de Ramiro logrando un exquisito placer. Ramiro explota, Simón queda conmocionado. Está volviendo a vivir. Son exquisitas sensaciones que sólo había vivido con Thiago. Es un nuevo amor que lo está llenando de felicidad. Tienen tantas cosas que hablarle, que aclarar. Le sonríe. Ramiro no le dice nada sólo se sube la ropa.
--¿te ocupas del condón? –Ramiro.
Simón hace que sí con la cabeza.
--bueno, pues nos iremos viendo.
--Hey espera, yo…
A Simón le sorprende que Ramiro parezca que se le está despidiendo. Si no fuera porque tiene los pantalones y los bóxers hasta los pies iría tras él. Pero está semidesnudo y el preservativo lleno del semen de Ramiro tirado en el suelo. Ramiro no escucha a Ramiro. A Simón le sorprende escuchar la puerta.
--¿y éste porque se fue? –dice mientras se sube la ropa.
Quería hablar con él y lo hubieran hecho más tranquilos en el lavabo que en la sala.
--bueno, supongo que podremos hablar cuando salgamos.
Simón se abrocha los pantalones. Tira el preservativo en el wáter. Luego se lava las manos. Vuelve a la sala. Busca a Ramiro con la mirada.
--¿y éste donde se me metió?¿se cambió de ordenador?
Se da cuenta que el chico abandonó el lugar.
--pero ¿¿cómo es posible?
Simón no puede creer que Ramiro se haya acostado con él y haya desaparecido.
--¿porqué me hizo esto?
Simón estaba convencido que Ramiro iba en serio con él.
--pero ¿porqué irse sin decirme nada?
Simón no quiere creer que Ramiro se haya burlado de él.
--Me tiene que dar la cara ¡¡nos vamos a volver a ver¡
Simón está muy ansioso. Le gusta mucho Ramiro. Estaba feliz al pensar que iba a poder vivir un idilio con él sin las barreras de la distancia como le pasó con Thiago, que iban a poder vivir un noviazgo en condiciones.
--la próxima vez que lo vea le tengo que pedir su número de teléfono. No puede ser eso que no lo pueda localizar.
Está muy ansioso. No tiene espera, desearía que el tiempo pasara y se volvieran a encontrar. Aunque ha disfrutado acostándose con él, no era eso lo que buscaba. Quería amor y no sexo. No quiere aceptar que Ramiro le haya tomado el pelo pero quiere estar seguro que son novios, que entre ellos hay una relación firme. No se mueve de la biblioteca con la esperanza que Ramiro vuelva a buscar. En la salida lo busca por todos lados. En el fondo estaba convencido que Ramiro se acercaría a él. Pasa la tarde angustiado. Por suerte tiene su guitarra y eso le distrae.

Ramiro se tumba en la cama. Sonríe con cara de depravado. Se la ha pasado muy bien.
--¡qué polvazo le he echado¡ ¡¡no podrá olvidarme fácilmente¡
Juan le llama varias veces pero Ramiro no le toma la llamada.
--por hoy ya he tenido bastante.
Después de estar con Simón no le apetece estar con Juan. Alguien llega a su apartamento.
--¿mi amor?
Es una voz de mujer. Ramiro se levanta de la cama.


*(Colaboración especial de Jonathan Conejeros)



Por otro lado, a la salida de su empresa, Jay pasa por un lavabo público. Hay un joven a su lado. No es el tipo de hombre que más le gusta pero está muy separado y se le ve una gorda verga. El chico mira la verga de Jay, es más bien pequeñita. Los dos se miran. Jay se muestra serio, implacable pero por dentro está excitado. Tiene sed de verga y aunque el chico no le gusta especialmente no está nada mal lo que le cuelga entre las piernas, poseer esa verga le calmaría su sed de verga. El chico siente el deseo de Jay, aunque Jay se muestra serio sabe que no está equivocado.
--¿te gusta mi verga, eh?
El chico sonríe pero Jay ya se olvidó a sonreír. Es muy duro.
--No, no me gusta especialmente.
--La tengo más grande que tú –dice con orgullo.
Eso ofende a Jay.
--Eso es porque la tienes dura.
--No es verdad.
Pero Jay se ha fijado que tiene todo el pellejo bajado. Para estar dura tampoco es muy grande.
--En estado de reposo no creo que la tengas más grande que yo –dice Jay.
--¿¡Quieres que te demuestre lo gorda que la tiene?
Jay se la sacude, se aparta de él.
--¡yo soy el que mando¡
El chico se la guarda. Sonríe.
--a ver que es lo que sabes hacer a tu edad.
Eso ofende a Jay
--¡te vas a enterar¡
Se encierran en el wáter. Jay es el primero en chuparla. El chico se viene en la boca de Jay. No le crece más.
--ves como si la tenías dura. De otra cosa no pero de verga sé más que nadie –dice Jay.
Jay habla en un tono de voz metálico, como si fuera una amenaza pero eso es lo que le hace más seductor. Al chico le gusta mucho.
--¿¿y qué vas a hacerme?
Jay se saca las gafas que hasta el momento llevaba puestas. Su mirada es de terror. Da un puñetazo al chico con tanta fuerza que lo deja semiinconsciente.
--¿¿qué haces? –dice el chico sin fuerza.
Jay es muy violento. Agarra al chico por el cuello como si lo fuera a ahorcar. El chico acaba perdiendo el conocimiento. Jay tiene cara de sátiro. Se comporta como una bestia y lo busca. El hombre queda tirado en el piso del baño con los pantalones y los bóxers hasta los pies. Jay se coloca el preservativo. Se clava en el chico como si lo estuviera apuñalando. El dolor hace que el chico recobre el conocimiento.
--déjame –dice débilmente.
Jay lo golpea con más dureza aún y lo disfruta. Jay le pone al chico la mano en la boca para que no pueda gritar. La aguanta peso a que el chico le hace sangre de tanto morderlo. Jay explota. Ha disfrutado mucho. El chico esperaba pasar un buen rato pero ha sido todo lo contrario. Queda desnudo sin fuerzas para moverse. Jay con dureza le dice mientras se sube la ropa.
--¡sí le cuentas a alguien de esto te mato¡
Jay se va sonríe con cara de satisfecho.

Pasan varios días, Simón no ve a Ramiro y eso le tiene muy nervioso. No puede creer que después de acostarse con él no haya dado señales de vida.
--¿se burló de mi?
Simón quiere creer que Ramiro debe tener una razón para actuar como actúa.
--Algún día tiene que volver, no es posible que no vuelve a la biblio.
Simón tiene ganas de hablar con Ramiro y cada día que no lo ve es una nueva angustia.