martes, 21 de febrero de 2012

Capitulo 77






Simón se deja llevar por la música, por los sentimientos que le despierta Ángel, por la devoción con la que le escucha. Ángel aplaude con ganas.
--¿te gustó?
Simón pregunta con mucho interés, con mucha emoción porque para él es muy importante lo que opine Ángel.
--Si me gustó? ¡cómo no me va a gustar¡
Simón sonríe emocionado.
--¿en serio?
Los dos se gustan mucho. Están muy bien juntos aunque sea desde la respectiva ventana.
--Eres el mejor, cantas muy bonito. Seguro que podrías grabar un disco.
--¿lo dices de verdad? –pregunta Simón emocionado.
--¿porqué te iba a mentir?
--es que para mí es muy importante tu opinión.
--¿y eso?
--Porque estoy enamorado de vos. Sos muy especial para mi. Eso no lo dudes.
Unas lágrimas deslizan por el rostro de Ángel. Se siente un miserable por haber engañado a Simón, cree que no se lo merece pero siente algo muy especial por Simón y no puede renunciar a él.
--Yo también estoy enamorado de vos. Sos el amor de mi vida.
Simón cree en sus palabras. Las recibe con emoción pero con culpa. Le ha sido infiel a Ángel y cree que sin motivo.
--Sos una basura –se dice Simón así mismo.
Simón se siente mal porque Ángel es lo que siempre ha buscado y ahora podría perderle por culpa de sus bajas pasiones.
--No lo voy a volver a engañar. Se acabó el sexo –sentencia Simón para sí como para quitarse la culpa.
Ángel se ha quedado también pensando en sus cosas. Pensando en la falsa boda con Thiago, en su momento de sexo. Los dos sonríen para que el uno no se dé cuenta que el otro oculta algo.
--Me muero por besarte. Necesito darte un abrazo --Simón.
Ángel quiere seguir al lado de Simón pero no esa noche. No quiere besar a Simón cuando se acaba de acostar con Thiago. Prefiere que pase la noche.
--Es que mis viejos están en casa. Tampoco estaríamos tranquilos. Aunque si querés vengo yo.
Ángel sabe que Simón le teme demasiado a Jay y que no va a querer.
--No, mi padre puede llegar en cualquier momento y no quiero ver su reacción.
--Entonces nos vemos mañana.
--Está bien.
--¿me tocás otro?
--si claro.
Simón está feliz porque le gusta tocar y le gusta ver que a Ángel le gusta lo que canta.

Por otro lado, Jay camina por un parque. Se está haciendo pis. Va al lavabo. Le gustaba ir allá porque siempre conoce a algún guapo con el que poder divertirse pero ahora nada le interés. Sólo piensa en Ángel y en su primer amor. Entra en el lavabo. A su lado está un chico de la edad de Simón, precisamente Juan, el chico de la piscina. Es muy guapo. En otro momento Jay pagaría lo que fuera por acostarse con él pero ahora no le apetece tener sexo sino es con Ángel.
--¡Ese niño va a ser mío¡ --dice Jay para sí—Simón no va a tener sexo con él, ¡no lo voy a permitir¡
Jay está acostumbrado a tener sexo a diario y en cambio desde que conoció a Ángel pues no ha estado con nadie.
--Ángel va a ser mío pero eso no quiere decir que le vaya a ser fiel –piensa Jay.
No puede negar que Juan está muy bueno, tiene muy buen culo. Le gusta su culo en jeans, en el urinario. Con la verga en las manos. Se la sujeta con la mano del lado contrario. La mano que está al lado de Jay la tiene en la espalda. Si Jay se gira se la podría ver perfectamente porque está muy separado pero Jay sólo piensa en Ángel y no le apetece estar con un extraño por muy guapo que sea. Juan está muy separado y cuando se la sacude, Jay, sin pretenderlo, se la puede ver. Es una verga muy larga que a Jay le pone cachondo. Se la ve bien sacudiéndosela. Ha conocido muchas pero nunca una tan grande.
--esta verga yo me la como –dice para sí.
Jay no tiene mucho apetito sexual aunque le ha gustado esa gran verga.
--ya me la abrirá el apetito ese vergón, es mejor que ese angelito no me tome desentrenado –dice para sí.
Jay se queda mirando esa verga mientras que Juan se la va guardando.
--¿qué mirás, viejo? –le dice Juan con mala cara.
Jay se muestra agresivo.
--¡qué te importa¡
Juan se abrocha los pantalones. Se toca los genitales lascivamente mientras le dice a Jay con desprecio:
--¡mirá viejo, para disfrutar de esto tendrías que pagar y mucho¡
Aunque no tiene ganas de sexo sino es con Ángel, a Jay le da rabia la manera en la que Juan lo ha tratado. Usa un tono duro, saca un buen dinero de su billetera y se lo tira a los pies a Juan.
--¡te doy 3 veces más, sólo tengo que ir al cajero¡ --dice para sí.
Juan se agacha y recoge el dinero encantado.

Jay se ha llevado a Juan a un hotel apartado. Están los dos desnudos. Jay tumbado en la cama, con los brazos bajo la cabeza mientras que Juan se la está mamando. Jay la tiene muy pequeña.
--oye, que estoy no se despierta.
--Tranquilo, ya se despertará –dice Jay.
Jay no hace más que pensar en Ángel. Es algo que no puede evitar y eso no sólo no lo excita sino que le impide consumar el acto con Juan. Ángel le despierta algo más. No sólo sexo.


Con la colaboración especial del guapo GH, Juan Cruz como Juan.