martes, 10 de enero de 2012

Capitulo 57


Simón agacha la cabeza con vergüenza. Le duele la manera en la que lo mira Nicolás, le hace sentir un depravado. También tiene miedo que el profesor lo deje en ridículo delante de la clase. Simón es demasiado tímido y le da demasiado vergüenza ser el centro de atención de todos sus compañeros. Nicolás es duro con él pero nadie se da cuenta de lo que está pasando. Nicolás trata a Simón como un alumno al que su profesor regaña por algo que ha hecho mal en clase pero no por un tema personal. Aunque Simón ha sido sólo un polvo, a Nicolás le da rabia que el chico se haya atrevido a acostarse con otro delante de sus narices. Se dice así mismo que no le debe importar, que Simón es sólo uno de tantos. Igual le gusta que Simón agache la mirada, que no lo mire, que tenga miedo. Nicolás es muy severo.
--¡sí, hace bien en tener vergüenza¡ ¡por lo poco que lo conozco veo que usted piensa en cualquier cosa menos en los estudios¡ ¡¡veamos lo que pasa con sus exámenes¡ ¡¡si en vez de pasar tanto tiempo en los lavabos se la pasara más en la biblioteca seguro que tendría las mejores notas¡
Simón se pone colorado como un tomate, se muere de la vergüenza. Se oye algunas risas, todas las miradas están en Simón. Todos se dan cuenta que el profesor debe haber sorprendido al alumno en algo “feo” en el lavabo pero no imaginan que era haciendo lo mismo que anteriormente hizo con Nicolás. Simón no levanta la mirada de su libreta. No se atreve a mirar a nadie, quisiera desaparecer.
--¡Silencio¡ --dice Nicolás apagando las risas de los alumnos.
Nicolás zanja el tema, la clase continua pero Simón está muy sofocado. No es capaz de mirar a nadie, no es capaz de seguir la clase. Todos se olvidan en seguida de Simón pero no así un chico que está sentado en la fila de al lado. No deja de mirarlo con una sonrisa travieso. El chico es guapo, está muy bueno y mira a Simón interesado. Simón no se da cuenta porque está nervioso.





Al acabar la clase, Simón quiere acercarse a Nicolás. Enfrentarse a él, decirle algo pero no puede. Nicolás está seguro que Simón jamás lo delatará, lo ve demasiado miedoso, demasiado tímido como para hacer algo. Simón lo mira. Nicolás lo trata de muy malos modos.
--¡si me quieres decir algo dilo, no tengo el tiempo que tú y no lo puedo perder¡
A Simón le duele tanto la manera en la que lo trata Nicolás que no es capaz de decir nada. Se va muy triste. Siente ganas de llorar. Sabe que no le puede reclamar porque no son nada y ha sido Simón quien se ha acostado con otro pero le da rabia que lo trate mal. Tiene ganas de llorar pero no quiere que ninguno de sus compañeros se dé cuenta. Entra en el baño. Se lava la cara. Entra alguien. Es el chico que lo miraba más en clase. Es mayor que él y muy guapo.
--hola, ¡qué tal¡ --le dice.
Simón lo mira. Es simpático pero Simón no está de humor. Se muestra esquivo. El chico se pone en el urinario. Empieza a hacer pis.
--como se ha pasado el profesor contigo. No le hagas caso. Es un imbécil.
Simón es muy tímido. No tiene amigos. No está acostumbrado a que la gente se muestra amistosa con él. Habla muy nervioso.
--no pasa nada.
Con una mano el guapo se agarra la verga y con la otra extiende su mano.
--yo me llamo Lucas.
Simón encaja su mano con la de Lucas.
--Si puedes entre los dos lo podemos meter en un lío. Yo también me he acostado con él. Él me desvirgó, hace ya mucho de eso y luego me trató bien feo.
Simón suelta la mano del chico. Se muestra nervioso. Sofocado. Lucas se sacude la verga.
--Conmigo no tengas vergüenza. No le diré a nadie que eres gay.
--No, si no me importa. Aunque mi viejo me mata –dice Simón muy nervioso.
Lucas nota el nerviosismo de Simón y eso le gusta. Lucas es muy guapo. Fornido. Lleva una camiseta pegada al cuerpo, se le ve bien los pectorales. Se le marca los pezones. Simón no quiere ser tan inconstante, tan enamoradizo, no quiere volver a sufrir una decepción pero Lucas es muy guapo y no puede evitar que sus hormonas se le revolucionen. Lucas es muy seductor. Su sonrisa derrite a Simón y además lo trata bien. Es el amigo que Simón desea tener. Además es gay. Lucas se agacha un poco para lavarse las manos. Se le ve la goma de los calzoncillos. Simón está muy encendido pero Lucas es demasiado simpático. No quiere que sea simplemente un polvo más. Lucas lo trata como un amigo y Simón tiene claro que no va a ser el juguete sexual de Lucas.
--¿vamos al bar? Si quieres podemos ser amigos.
Simón está muy contento.



Jay está en un centro comercial. Ve a un joven de apenas 15 años. Es muy guapo. Tiene un cuerpo exquisito y lo enamora. Lleva tejanos que resaltan su esterilizada figura. Se le ve muy buen paquete. Culo gordo. A Jay lo vuelve loco al caminar. El chico va al lavabo y Jay no lo duda. El chico está en el urinario, muy separado. Jay le ve perfectamente la verga. Es una tierna verga de unos siete centímetros que el hombre se quiere comer. El chico ni se inmuta. La tiene agarra por el final y parece que no le importa que Jay disfrute de él. Eso sí se la guarda deprisa, sin sacudírsela. Se va deprisa sin ni siquiera tirar de la cadena. Jay es más rápido que él. Se pone en la puerta y no deja que el chico pase.
--¿¡qué me pides para dejarme disfrutar de eso tan hermoso que me has enseñado?¡
El chico está muy nervioso. La mirada de Jay lo asusta.
--Es que soy virgen y no soy gay.
--Tranquilo, conmigo la vas a pasar bien. No tienes otra opción, así que es mejor que me digas que sí. ¿no te apetece ir de viaje este fin de semana? Podemos ir a donde quieras y tendrás mucho dinero.
El chico tiene miedo pero la oferta de Jay es tentadora. Jay mira al adolescente como un lobo herido.

Al llegar a su casa, a Simón le sorprende saber que su padre se va de viaje.
--¡y no metas a nadie en la casa¡
--¿a quien quieres que meta?
--¡por si acaso¡ ¡¡Espero que no me falles¡
--No es la primera vez que me quedo solo.
Jay fulmina con la mirada a su hijo y no dice nada. Simón se siente libre sin su padre. Toca la guitarra desnudo y piensa en Lucas.

Al día siguiente, Lucas y Simón salen de la clase juntos, se han sentado juntos.
--así que tu viejo no está… que suerte. Yo necesito estudiar pero en mi casa hay mucho ruido. No me van a dejar hacer nada.
Simón nervioso.
--supongo que no me vas a invitar no.
Simon nervioso.
--es que mi viejo me lo ha prohibido.
--no se va a enterar pero tranquilo, entiendo que no te fíes de mi.
--no es eso… --nervioso y tímido.
--sólo es como amigos… No pretendo nada más.
-Sí, ya lo sé.
Y Simón por un lado siente decepción porque le gusta mucho Lucas pero parece que éste quiere ser su amigo y no lo quiere estropear todo por un polvo. Cuando Simón no lo ve, Lucas sonríe de una manera algo perversa.