miércoles, 1 de junio de 2011

Capitulo 25






Simón ha estado con un chico diferente y como las otras veces el chico ha desaparecido.
--¡es que llevo una carrera¡
Al llegar al pueblo, Simón tiene todos los sentimientos a flor de piel. Piensa en Thiago. Se estremece sólo en pensar en él.
--Mi primera vez, mi amor.
Thiago le enseñó a amar y el sexo. Le hubiera gustado poder tener una relación con él. El rencor está tapando los sentimientos hermosos que nacieron en él. Unos sentimientos que ese pueblo está avivando.
--¡era una bestia, una bestia del sexo¡ Thiago vive sólo para chingar.
Y lo que más le duele es que se está viendo reflejado en él.
--¡no quiero¡ ¡¡no quiero ser como él¡
Unas lágrimas deslizan por sus mejillas.
--No es mi culpa, yo busco algo más. Son ellos.
Simon no entiende porque siempre le pasa lo mismo.
--¡es que sólo sirvo para dar placer? ¿tan vacío me ven?
Eso es algo que le duele mucho, le hace sentir inseguro.
--¡no quiero volver a verlo¡ ¡¡Thiago se acabó para siempre¡
Pero en el fondo se está muriendo del alma. Aunque le duele mucho la manera en la que lo dejó la última vez, los días que vivieron cuando se conocieron fueron los más felices de su vida y le gustaría volver a vivirlo. Baja el pueblo. Toma el taxi que lo lleva a la casa. En esa casa en la que se conocieron. Son tantos recuerdos hermosos los que retumban en su camisa. Quiere olvidarlo pero en el fondo no es lo que quiere. Doña Esperanza lo espera con los brazos abiertos. El amor de su abuela llena su alma. Es la única persona que lo quiere. Le gustaría encontrar un amor, alguien especial. Un hombre que lo quiera pero su abuela es su mayor refugio. A Esperanza le duele ver tristeza en los ojos de su nieto.
--mi niño, no me gusta que estés triste ¿es que no quieres pasar la navidad con esta vieja?
Esperanza ve normal la tristeza de su nieto, cree que es por el desamor de su padre. El amor de su abuela le hace sonreír. Le hace olvidar de todo o almenos de casi todo. Simón se siente querido. Esperanza acompaña a su nieto a la habitación.
--ya verás que bien la vamos a pasar en navidad aunque estemos los dos solos.
Eso es algo que se le clava en el alma a Simón.
--¿solos?
--si claro como siempre.
Simón en el fondo le hubiera gustado que Thiago se acercara a la casa. Se enoja con él mismo por pensar eso.
--¿¿para qué querías que viniera??¿para acostarse contigo y luego abandonarte? –se reprocha ya a solas en su cuarto.
Ese cuarto en el que vivió su primera vez, son tantos recuerdos, tan momentos dulces pero que a la vez ahora le llenan de amargura. No quiera pensar en Thiago pero el recuerdo de su primo está demasiado presente en la casa.
--por suerte sólo serán unos días.
No quiere pensar en Thiago y en ese momento lo tiene demasiado presente pero en su casa ha dejado demasiadas cosas pendientes: Ramiro, Jerónimo y ahora Juan. No quiere pensar en nada pero piensa en Thiago, que no le gusta estar ahí pero a la vez piensa en que cuando llegue a su casa no sabe bien cómo enfrentar que se ha acostado con los dos amigos. Los ha visto juntos, no sabe cómo reaccionará cuando los vea a los dos juntos cuando se ha acostado con ambos.
--¿¿cómo voy a mirar a la cara a Ramiro?
Jerónimo es su esperanza, su ilusión. Tiene ganas que pasen esos días para aclarar las cosas con él. Se siente solo y aturdido. Se saca la ropa, la va tirando al piso. Sonríe con nostalgia recordando a Thiago, cómo le daba vergüenza desnudarse ante él, cómo insistió, lo bien que se lo pasaron. Entra totalmente desnudo en el baño. El agua cae en su desnudo cuerpo. Lo va relajando.







Al día siguiente, Simón va a dar una vuelta. Sube a las ruinas de la ciudad. No deja de pensar en Thiago, en cuando recorrieron el pueblo por primera vez. En las ruinas, en la cámara subterránea. Se emociona recordando las cosas que le dijo Thiago, que hablaba que era un lugar para chingar. Fue con él la primera vez que bajó. Tiene a Thiago tan presente que está seguro que lo ve bajar a esa cámara subterránea.
--¡Thiago¡
El chico se gira. En realidad no es Thiago. No se le parece en nada. Ni es guapo aunque tiene un buen culo gordo del que Simón se gira. Simón se decepciona al ver que no es Thiago.
--lo siento, te confundí.
El chico se acerca a Simón. Cada vez que se le acerca queda impactado. Simón es un chico guapísimo. Nunca había visto un chico tan guapo.
--Sí, no es normal ver gente joven por aquí. Yo soy Ignacio.
Ignacio extiende su mano.
--Yo me llamo Simón.
--encantado, cuando mi padre me dijo que íbamos a venir a este pueblo casi me da algo… ¡creí que me iba a aburrir¡
--pues si quieres un amigo, pues ya lo tienes.
--No sé cuanto me quede pero sí, me gustará.
--Yo vivo con mi abuela. Vengo mucho por acá. ¿No tienes familia aquí?
--No, pero mi viejo buscó pueblos pequeños en internet y le salió esto y aquí estamos.
--No hay mucho que ver pero yo encantado.

Ignacio y Simón se caen bien. Van hablando. Los dos son bastante tímidos pero las palabras salen solas. Se sienten muy a gusto el uno en el otro. Ignacio siente una fuerte atracción hacia Simón pero no sabe si Simón pueda ser gay y no quiere molestarlo.
--perdón… pero no puedo más… --dice Ignacio llevándose la mano en la bragueta.
Simón se sofoca.
--¿¿qué hacés?
--lo siento… no puedo esperar.
Ignacio hace pis en el camino. Simón se mantiene aparte. Se siente a gusto con Ignacio. No es guapo pero tiene buen trasero. Mira de reojo. Le ve la verga mientras se la masajea para sacarse la última gota. Sólo le ve un trozo pero se ve un poco más grande que la de Juan. No lo puedo evitar, se excita. Ignacio se sube la cremallera. Simón está cachondo.
--¿y ahora dónde vamos?
Simón se queda mirando a Ignacio. Lo mira fijamente. Ignacio es un poco afeminado, Simón está seguro que es gay. No se quiere precipitar pero lo que está viviendo con Ignacio le recuerda a Thiago. Siente que Ignacio le puede dar lo que necesita. Ignacio está sintiendo el deseo de simón y Simón le encanta. Le parece increíble que pueda ser gay.
--¿qué tanto mirás?
Simón sonríe:
--creo que me estoy precipitando pero…
Casi involuntariamente, acercando el uno los labios el uno al otro. Nerviosos, excitados…