martes, 4 de enero de 2011

Capitulo 4
















Thiago es la primera vez que está en el pueblo así que Simón se dedica a mostrárselo. A los dos les gusta estar juntos. Se gustan tanto por lo que están conociendo del otro como por su belleza externa que no pasó desapercibida por ninguno de los dos el primer día que se vieron. La casa de la abuela de Simón está junto a la plaza del Mercado.
--Se llama así porque aquí se pone el mercado todos los sábados –le explica Simón.
Thiago escucha con una sonrisa que deslumbra a Simón. Simón no sabe bien lo que le está pasando con su guapísimo primo pero le gusta mucho estar con él pero a la vez le pone nervioso. En esta misma plaza está el ayuntamiento con un enorme reloj que antiguamente marcaba las horas.
--Dejó de funcionar porque un rayo le cayó encima y lo estropeó.
Thiago lo mira sorprendido:
--si? ¡qué gracia¡ En “Regreso al futuro” pasaba lo mismo.
Simón lo mira con cara de no saber de qué le está hablando.
--¿no has visto las películas? ¡¡son mis favoritas¡ ¡¡yo he visto las 3 miles de veces¡ Las han hecho muchas veces en la tele, aún las siguen haciendo aunque deben tener más de 20 años.
--Es que a mí no me gusta ver la tele –dice tímido, con miedo que el chico se burle de él.
--¡pero qué aburrido eres¡ ¡¡no te gusta hacer nada¡
Simón se sonroja y con timidez dice:
--tocar la guitarra, cantar, escribir canciones. La música es mi vida.
Thiago es muy cariñoso:
--No sé si las tres, tengo ya la memoria llena y no sé si borré alguna, pero tengo alguna de las películas en mi portátil así que antes que me vaya las vemos.
Thiago le sonríe con afecto y Simón está encantado. Pasan por calles muy estrechas, viejas, de aspecto desagradable.
--¿cuál es el chiste de esto? –pregunta Thiago que espera que eso no sea lo mejor del pueblo.
--Que se llama Barrio Nuevo –dice Simón divertido.
Thiago se ríe.
--¡oye, no te burles de mí¡
A Simón también le hace gracia el nombre de la calle, sabía que a Thiago le sorprendería y le señala el rótulo con el nombre de la calle que confirma lo que él le ha dicho. Thiago está muy sorprendido.
--pero no me preguntes porque se llama así porque no tengo ni idea.
Siguen caminando. Se miran sonrientes. Thiago habla mucho. Le cuenta de sus gustos, de sus aficiones. A Simón cuesta más sacarle conversación pero Thiago lo intenta porque le gusta mucho su primo. Se da cuenta que vive muy aislado en él mismo y le gustaría ayudarle a que se abriera al mundo, que como mínimo esos días que van a pasar juntos sean inolvidables para él y bueno, Thiago espera que también para él porque lo que más ansia es perder la virginidad con su guapísimo primo. Se dedican a hablar (Simón más bien escucha), a caminar entre calles antiguas. Se hacen fotos cada uno con su celular uno a otro. Unen bien sus cabezas para hacerse alguna juntos. A los dos les excita tocarse, están muy calientes. Las calles son cada vez más estrechas y viejas. A Thiago le da la impresión que en un momento dado no podrán ni pasar de lo estrecha que es la calle pero al girar la esquina todo cambia. Sigue viejo pero es más amplio.
--¿una piscina en la calle? –Thiago sorprendido.
Simón lo mira sonriente:
--A mí también me sorprendió la primera vez que lo vi. Es un lavadero público.
El agua está muy sucia y huele mal.
--¿aquí lava la gente su ropa? –Thiago con cara de asco.
--¡claro que no¡ ¡¡ya no está en funcionamiento¡ --riendo.
Thiago se queda aliviado. Ríen. Se hacen fotos ahí. Los dos son de ciudad y les gusta esas curiosidades de los pueblos. Luego suben por una calle muy cuesta arriba, muy viejas. Es la parte alta del pueblo.
--¿por aquí hay algo?
--si bueno, no demasiado pero es lo más importante que tiene el pueblo. Tampoco esperes gran cosa.
Thiago sonríe dulcemente. Le gusta como habla Simón. Su manera de expresarse. A Simón le encanta la sonrisa de Thiago. Están derretidos el uno por el otro. Al final de la calle hay una puerta antigua impresionante.
--al fin alguno bueno –Thiago.
La atraviesan pero ya no hay nada más. Almenos en pie, son todos ruinas.
--¡pero si no hay nada¡
Simón se encoje de hombros. Thiago encuentra la entrada a una habitación subterránea.
--¿y aquí que hay?
Eso de estar bajo tierra no es algo que le haga gracia a Simón. No hay luz y a Simón siempre le ha dado mucho miedo bajar.
--Nada, pero nunca he bajado.
Thiago le agarra de la mano:
--Hoy será tu primera vez.
Se estremecen al tocarse. Su calor lo hace valiente a Simón. Bajan juntos. Hay una puerta con rejas pero nada más. Por ahí es el único lugar por el que entra luz. No se ve nada pero se sienten. Están muy juntos.
--¡esto es ideal para coger¡ --dice Thiago.
Como está oscuro, Thiago no lo ve pero Simón está ruborizado.
--¡menudo cuarto oscuro… lo que haría yo aquí¡ --Thiago.
Thiago está muy excitado. Tiene que hacer un esfuerzo para no “violar” al chico. Tiene claro que se van a desvirgar mutuamente pero Thiago no quiere precipitarse, hacer algo que pueda molestar al chico y que se aparte de él.
--¡cuantos bebés se habrán hecho aquí¡ --Thiago divertido.
--No creo, no hay gente joven.
--¡pero alguna vez los viejos de hoy fueron jóvenes¡ ¡¡seguro que tus papás se estrenaron aquí¡
--Pues no hablamos de eso --incómodo.
Simón es el primero en subir. A Thiago le fascina el culo de Simón. Babea, lo mira con cara de pervertido. Como Simón no lo ve hace gestos obscenos con la mano. Se muere de ganas de agarrar esas nalgas. De no preguntar, de lanzarse sobre Simón y clavarle su tierna e inexperta lanza que está ya dura y dispuesta pero sigue controlándose. Lo más bonito del lugar son las vistas que se ven desde allá arriba. Tiene el pueblo a sus pies. Se quedan los dos mirando, se rozan las manos. La respiración del uno embriaga al otro. Se gustan, se desean cada vez más. A continuación bajan hablando tranquilamente. Acaban donde empezaron, en la plaza del Mercado. Compran un helado que comparten. Les excita tener sus bocas tan cerca. Sus labios se llaman a gritos pero ambos frustran sus ganas. No se atreverían a hacer nada en público. Thiago es prudente para no asustarlo. Simón es demasiado tímido y no está nada seguro de las intenciones del chico hacia él, que lo vea como algo más que un simple amigo o un primo. Thiago sí lo mira muy directamente. Simón no se atreve porque la mirada de Thiago lo deslumbra.
--en otro momento podemos ir a la parte nueva del pueblo.
--como quieras, ¿hay un río, no?
Simón hace que sí con la cabeza.
--Es guapo?
--¡Es asqueroso¡
Se ríen.
--pues lo dejamos para mañana –Thiago divertido.
Se levantan. Se sacuden un poco el pantalón. El uno se deleita con la visión del culo del otro del otro. Se encantan, están fascinados el uno por el cuerpo del otro.

Los muchachos no se separan en todo el día. No es mucho el tiempo que tienen para estar juntos y lo aprovechan. Les gusta mirarse, hablarse, escucharse. Thiago están en bóxers sobre la cama. Son su portátil y Simón se muere por él. Simón está vestido y Thiago está deseando que se saque algo de ropa.
--¡mira sí que tengo las 3 partes de regreso al futuro¡
Ven las dos primeras, la tercera la dejan para otro día. Tumbados juntos en la cama. El uno al lado del otro. Sus cuerpos se tocan y eso les pone cachondos. A Thiago le gustaría que Simón fuera el que se lanzara y es por eso que no hace más que provocarlo. Thiago ha pasado toda la tarde en bóxers. Se los baja ante Simón para ir a la ducha. A Simón le encantaría ir con él, verlo mientras se ducha pero está demasiado cachondo, demasiado a la expectativa esperando a ver si pasa algo como la noche anterior. Le asusta que su abuela los sorprenda pero le gustó mucho masturbarse al lado de Thiago, que Thiago le tocara la verga, quiere repetir la experiencia pero nunca daría el primer paso. Thiago está muy excitado, le decepciona que Simón no lo esté espiando. Sabe que a Simón le gusta él y Thiago está deseando estrenarse, estrenarse con Simón. Le hubiera gustado que Simón se metiera en la ducha con él, hacer el amor esa misma noche pero piensa que todo es demasiado rápido para Simón, que tiene que ir poco a poco pero tampoco mucho porque no tienen tiempo.