lunes, 6 de febrero de 2012

Capitulo 71


Ángel y Nicolás están desnudos en la cama. Nicolás jadea como una bestia. Es algo que repugna a Ángel pero a la vez le excita sentir el cuerpo desnudo de ese profesor pegado al suyo.
--¡que ganas tenía, por fin vas a ser mío¡
Ángel está temblando. Siempre quiso que su primera vez fuera especial y no por despecho. Se siente muy nervioso. Nicolás es apasionado pero también sabe ser tierno para que el asustado adolescente no se le escape.
--tranquilo, ahora viene lo mejor. Te va a gustar mucho.
Ángel está tumbado en la cama y Nicolás encima. Nicolás frota su verga contra la del adolescente. A Ángel le gusta pero igual tiene miedo, está inseguro. Nicolás le da vuelta mientras lo besa, le muerde en la oreja.
--No sé si esto esta bien, tal vez ...–va jadeando Ángel.
Nicolás no piensa permitir que lo deje con las ganas.
--Me gusta como la chupas pero quiero sentirte todo. Te va a gustar. No te vas a arrepentir.
Ángel jadea mientras el profesor le muerde la oreja a la vez que lo va masturbando. Ángel no está nada seguro pero se deja hacer. Nicolás enloquece cuando le acaricia el culo, mete la lengua.
--¡que ganas tenía, por fin¡
Nicolás tenía muchas ganas de romper ese culo y por fin su sueño se hace realidad. Ángel se muere de placer al sentir la lengua del profesor en su trasero, sus dedos. El placer lo acaba venciendo. Con una mano, Nicolás lo va acariciando para que no se pueda levantar y con la otra se pone el condón. Se clava en Ángel con delicadeza. Está demasiado acostumbrado a acostarse con alumnos y es muy delicado. Eso hace que Ángel tenga confianza. El chico nunca había sentido tanto dolor, ni tanto placer. Nicolás se muestra preocupado. No le interesa los sentimientos del alumno pero sí quiere que se lleve un buen recuerdo de él, que lo disfrute.
--Si te hago daño dímelo.
Ángel está gozando tanto que no puede hablar. Nicolás se va moviendo delicadamente en el interior del chico.
--¿te hago daño?
--No –jadea Ángel.
Nicolás siente el placer del chico y eso lo anima. Va acelerando el ritmo. Ángel jadea con fuerza.
--¿te duele?
Ángel no deja de jadear.
--No, me gusta mucho.
Nicolás es un hombre con mucha experiencia y hace gozar al chico. Los dos se disfrutan. Nicolás porque se sabe el primero y eso lo llena de orgullo. Ángel porque Nicolás es un gran amante.



En la vivienda vecina, Jay sale completamente desnudo de la ducha. Tiene ganas de sexo. Busca en su agenda el número de alguno de los chicos con los que le gusta divertirse pero no le apetece estar con ninguno de ellos, sólo piensa en Ángel.
--Es que es igual a ti, a Carlos. Es cómo si hubieras vuelto del pasado. No puede ser.
A Jay se le endurece pensando en su antiguo amor.
--Mi primera vez, mi gran amor.
Una amargura, unas lágrimas deslizan en sus mejillas.
--Eso también te lo debo a ti viejo… Lo perdí por tu culpa y me obligaste a cargar con tus errores ¡cómo te odio¡ ¡Tú y esa se deben estar pudriendo en el infierno¡
Jay es todo odio pero Ángel despierta toda su pasión.
--La vida me ha devuelto lo que me ha quitado.
No soporta que sea su hijo quien goce de ese chico.
--De la misma manera que mi viejo me separó de Carlos pues yo haré lo mismo con Simón, ¡a Ángel me lo quedaré yo¡
Aunque mientras el padre de Jay lo que no quería era un hijo gay, Jay lo que quiere es acostarse con el joven novio de su hijo. Jay se tumba en la cama. Su mente viaja más de 20 años en el pasado. Él es un joven de 17 años, idéntico a Simón. Está en el pueblo, junto al río. A su lado, un adolescente idéntico a Ángel. Jay lo mira con devoción.
--¿qué hacés, Carlos? –le pregunta al ver que se está desnudando.
--Venga, ¿no te apetece bañarte en bolas? No seas cobarde Jay.
A Jay le excita ver a ese adolescente desnudo pero a la vez le da miedo que alguien los pueda ver.
--¡nos vamos a meter en un lío¡
Carlos lleva un bañador¡. Se mete en el agua.
--¡Ven animate¡
--Es que yo no llevo bañador –dice Jay con timidez.
--No importa, vente.
Jay siente algo muy especial por Carlos. El chico es capaz de convencerlo en todo. Aunque le da vergüenza, Jay se queda en bóxers. Se mete en agua. Carlos le sonríe. Acaricia el rostro de Jay.
--Eres tan guapo. Nunca conocí a un chico tan guapo.
Junto a Carlos, a Jay se le olvidan sus miedos. Sus temores.
--Te amo –le dice Jay –y si estoy contigo no me importa nada.
Carlos acaricia los labios de Jay y se besan. El fuego los está devorando.
--¿vamos a mi casa? –pregunta Carlos.
Los dos tienen ganas de estar a solas. De vivir su primera vez. Carlos y Jay se encuentran totalmente desnudos. Carlos se sienta en la cama, Jay, de rodillas, disfruta descubriendo ese miembro tierno al que tanta ganas le tiene. Lo va acariciando.
--que verguita tan bella…
Es pequeñita y Jay se la traga entera. Le tiene muchas ganas. Jay se levanta. Pone su verga en la cara de Carlos.
--Ahora te toca a ti.
Carlos se va masturbando mientras chupa la verga de Jay. No le cabe entera. Son dos jóvenes inexpertos con ganas de descubrirlo todo. Jay se clava en Carlos con torpeza pero Carlos, aunque le duele, no dice nada. A los dos les gusta estar juntos. Es mucha la ilusión de ambos. Jay ya no tiene nada que ver con ese adolescente que vivía su primera vez. Es un hombre amargado. Sólo Ángel alivia su amargura.
--¡Yo voy a estrenar a Ángel¡ ¡¡Yo y nadie más¡
Su rostro es de puro odio, está dispuesto a lo que sea con tal de salirse con la suya.