jueves, 9 de febrero de 2012

Capitulo 72


Ángel ha quedado en shock. Ha sido increíble pero no ha sido amor sólo vicio. No es lo que buscaba. Nicolás sentía a Ángel como un trofeo. Se levanta totalmente desnudo. Se muestra brusco.
--Ahora vete, no tenés nada que hacer acá. Olvida lo que ha pasado y no le contés a nadie.
Como ya ha obtenido lo que quería, Nicolás ya no se muestra tierno.
--¡largate pibe, la pasaste muy bien y ahora no quiero que me metas en problemas¡
--porqué eres así conmigo? --lloroso y humillado.
--Lo siento, tengo un problema. Pierdo el interés con los chicos una vez me he acostado con ellos. --Lo siento, no es algo personal. Hemos disfrutado pues ya no me interesa nada de ti.
Ángel no sentía nada por Nicolás pero le duele como le trata aunque no tiene ni ganas de reclamarle. Se le escapan unas lágrimas. Nicolás se burla de él.
--No seas nenita, no me hagas un escándalo. Me voy al baño, cuando vuelva no quiero que estés aquí.
Ángel se siente culpable, sucio. No quiere que Nicolás lo humille más. Se viste en silencio. Se va sin decir nada, en el ascensor llora. Cuando va a entrar en su edificio, mira hacia la ventana de Simón. La ventana da a la calle. Ve a alguien moviéndose. Supone que es Simón, se entristece. Todo comenzó muy bonito pero ahora siente que algo se ha roto. Entra en su casa muy triste. Lo que quiere es meterse en la ducha para sacarse el olor de Nicolás y que nunca nadie se entere de su error.




Al día siguiente, Simón en la facultad se entera que tanto él como Ángel han sido cambiados de grupo. Nicolás ya no es su profesor. Ángel está llegando en ese momento. Ven a Nicolás que ignora a los dos alumnos. Simón lo tiene claro. Se acerca a Ángel y se enfrenta a él.
--¡Bauer nos ha sacado de su clase¡ ¡te has acostado con él¡
Simón está muy dolido. Ángel se siente muy avergonzado. Comprueba en el tablón de anuncios que pone ese aviso. Según Bauer no los quiere en su clase por mal comportamiento, porque le han faltado a respecto. Ángel no puede cree lo que está pasando. Simón está furioso.
--¡yo tenía razón¡ ¿cómo has podido hacerme esto?
--Yo no he hecho nada –dice sin mirarle a los ojos.
--¡claro que ti, se burló de ti como yo te dije¡ ¡¡Eres un imbécil¡
Las lágrimas de Ángel le confirman que así es y eso le duele.
--Creí que eras diferente pero veo que me he equivocado eres de lo peor.
Simón está furioso. Ángel sigue llorando.
--¡Eres injusto¡
Simón está cegado por los celos. No piensa en nada.
--¡¿cómo te atreves?
A Ángel le da demasiado asco la imagen de Simón fornicando como un cerdo con ese gordito y no se lo quiere reclamar. Sólo le dice:
--Es que estaba enojado contigo, te esperaba en la piscina pero no te vi.
--a mi no me eches la culpa de tus cochinadas? –furioso.
--¿y dónde estabas tú? --le dice como si no supiera lo que hacía.
Simón entonces se da cuenta que no le puede reclamar.
--ya tranquilo. Un polvo no es nada. Por mi todo estaba bien, si querés poder seguir como siempre. Yo quiero intentarlo.
Ángel tiene unas lágrimas en su rostro. No se atreve a enfrentar a Simón, a decir que sabe lo que vio. Prefiere hacerse el tarado. Simón se siente culpable y no dice nada. Ángel llorando le dice:
--Decime una cosa, ¿me amás?
--sí.
Ángel llora, Simón es muy cariñoso con él.
--No llorés, no quiero que estés triste por mi.
--Es que la culpa es mía, vos sos grande. Necesitás cosas que yo no te daba.
Simón se pone nervioso.
--¿de qué hablás?¿que sabés vos?
Simón está seguro que es imposible que Ángel sepa de su desliz. Es algo que le hace sentir sucio, no quiere que Ángel lo sepa, que se decepcione de él.
--Digo, siempre me decías que Bauer me iba a usar y yo no te hice caso y ahora metí la pata.
--todos nos equivocamos alguna vez. Si hay amor no tiene importancia.
Ángel sabe que Simón se refiere también a él, es por eso que lo perdona pero no le dice nada. Ahora no quiere estar solo, quiere refugiarse en él.
--me alegro tanto que todo se haya arreglado entre nosotros --Ángel.
El uno siempre mucha paz junto al otro. Se acarician, se besan.
--No sé como pude ser tan tonto en arriesgar lo que tenemos por esa basura --Ángel.
Simón fuerza una sonrisa. Se siente muy culpable porque él también ha engañado a ese ángel pero piensa que están en paz y que no tiene caso quedar como una bestia ante Ángel. El chico está bien con Simón pero ahora algo se ha roto. Siente que todos son iguales, Thiago, Simón, Nicolás. Todos piensan en sexo. A él le gusta Simón porque es muy guapo, tenía la esperanza que él fuera diferente a Thiago pero se da cuenta que le importa el sexo tanto como a ese primer amor suyo, un primer amor compartido pero ellos aún no lo saben. A Ángel le duele que nunca quiso entregarse a Thiago porque tenía miedo que lo dejase después de su primera vez, porque lo amaba mucho pero sabía que Thiago era demasiado sexual. No le gusta descubrir que Simón es igual a Thiago. Simón lo va acariciando, lo va besando. Ángel está tenso. Eso es algo que no le gusta nada a Simón.
--¿es que aún piensas en ese imbécil?
Y Ángel se ha quedado perdido pensando en Thiago. Es una herida que aún le duele, no sabe si algún día dejará de sangrar. Simón se da cuenta que Ángel está a su lado pero su mente no. Le da mucha rabia darse cuenta que está pensando en otro. Se aparta de él. Se lleva las manos a la cabeza.
--¡yo te perdono tú metida de pata pero no pienso permitir que pensaras en Bauer¡
-no estaba pensando en él.
A Simón le hace ilusión que Ángel no tuviera pasado, que comenzara a escribir las líneas de su sexualidad junto a él. Le daba mucha rabia la existencia de ese misterioso T y ahora está Nicolás.
--¿es que aún piensas en él?
--No es eso, es que no estoy acostumbrado a tener sexo. Es algo que se me hace extraño. No me gusta sentirme un objeto sexual. Para ti será normal estar con un chico y que luego te deje pero para mi no.
A Simón le duele el comentario de Ángel.
--¿estás queriendo decir que yo soy una bestia?
A Ángel no le gusta que Simón se esté haciendo el ofendido cuando lo ha visto en un baño acostándose con ese gordito pero Simón le gusta mucho, está muy bien a su lado. Siente que sólo con él puede olvidar a Thiago. Ángel se muestra cariñoso con Simón:
--no me hagas caso, es que estoy mal por lo que pasó con ese imbécil.
--Ese sí que es una bestia, lo que creía era desvirgarte. Por suerte no se salió con la suya porque fue T tu primera vez ¿no? No ha habido otro ¿Verdad? --pregunta con miedo de la respuesta.
--Ya no quiero hablar de eso --Ángel.
A Simón no le gusta que Nicolás se haya burlado de Ángel pero le calma pensar que el profesor tampoco obtuvo lo que él no tendrá, la virginidad de Ángel. Prefiere que haya sido ese tipo al que no conoce pero a la vez se muere de celos y se imagina que rostro debe tener ese T que tan importante fue para Ángel.