Esperanza se asusta ante la presencia de su hijo.
--¿qué hacés acá?
Jay sonríe a su madre pero es una sonrisa fría, casi amenazadora.
--¿es que no puedo venir a visitarte?
Esperanza tiene miedo de la mirada, de la sonrisa de su hijo. Lo conoce y sabe que nada bueno va a traer.
--¡No debí enviarte la invitación¡ ¡¡no sé en qué estaba pensando¡
Jay mira a su madre amenazante.
--¡tú lo sabes, tú sabes la deuda que hay entre nosotros y ellos¡ ¡Thiago se casa con el enemigo¡
--El pasado ya quedó atrás. Yo pensaba que esa boda era la señal de que ya todo estaba olvidado pero ahora me doy cuenta que se abrirán viejas heridas.
--¿es que has hablado de ellos?
--Ya sabes que no, que ellos están en la parte alta del pueblo. No se mezclan con la gente del pueblo.
Jay sale de la habitación.
--ya quita esa cara, me mirás como si estuvieras mirando un fantasma.
--Es que se me hace extraño verte en esta casa, en tu cuarto.
Esperanza está muy alterada pero Jay se ve muy tranquilo y eso es lo que más asusta a la anciana.
--Simón no está?
--No, se le haría muy raro verte en esa habitación. Sabe que nunca entras. Siempre él con sus preguntas. Siempre sentía que algo raro pasaba en esta habitación.
--Y razón no le falta.
Jay actúa de una manera muy fría y eso asusta mucho a Esperanza.
--¿qué es lo que te pasa? ¿qué pretendes?
Jay va bajando las escaleras. Esperanza lo sigue nerviosa. Jay habla con ironía.
--¿porqué tantos nervios, madre? Siempre te quejas que nunca vengo a verte y ahora qué vengo ¿te quejás?
--Es que a Simoncito le va a sorprender que estés aquí, que no hayas venido con él.
--Bueno, vine a la boda del primito –dice burlón.
Jay mira a su alrededor. Siempre ha odiado esa casa, ese pueblo pero en cambio ahora siente que al fin se le va a hacer justicia, siente que se va a cobrar una deuda que tiene con el pasado. Ángel es su pago.
--¿Simón salió con los novios?
Los ojos de Jay están brillando de lujuria, rabia, posesión y a Esperanza le asusta no poder adivinar cuales son las intenciones de su hijo.
--sí, son amigos, ¿qué querés? Simoncito está cerca de esa gente y...
Jay interrumpe a su madre.
--Esa gente no le va a contar nada. Esa gente sabe poco de lo mucho que escondemos.
Jay habla con rencor, reprochando a su madre.
--¡ya callate¡ ¿qué pretendes?
Esperanza está muy asustada y Jay se muestra tranquilo.
--A ti no te conviene que Simón haga averiguaciones, podría descubrir cómo y porque se incendió mi habitación.
Esperanza cada vez está más alterada. La situación se le escapa de las manos:
--¡Simoncito tiene una foto tuya con ese tipo cuando eran nenes y me preguntó¡ ¡¡temo que le pregunte a esa gente¡
Jay mira a su madre con dolor, con odio:
--Que temes que le cuenten a Simón que mi padre le dio una paliza que casi lo mata, que le tuvo que dar a la familia de él todo lo que tenía para que no lo denunciara… ?
--¡calla, calla¡
--¡No, no voy a callar. Yo lo amaba, yo amaba a Carlos y tú no hiciste nada para defender a tu hijo. No me defendiste¡
El rostro de Jay se llena de lágrimas.
--¡Ya estoy harto de cargar con los errores del pasado¡ ¡¡me apartaron de mi primer amor y ahora lo voy a recuperar¡
A Esperanza le sorprende mucho la manera en la que habla su hijo. Sabe que Carlos murió y está seguro que eso no es lo que le preocupa a Jay, que aunque estuviera vivo no es lo que le interesa.
--¿Todo esto no tendrá que ver con el tal Ángel que es el calco de aquel chico?
La sonrisa pérfida de Jay asusta a la mujer.
--¿¡qué vas a hacer?¡
Jay mira a su madre amenazante.
--¡Vos te quedás aquí sin hacer nada como hiciste siempre¡ ¡¡nada¡
Jay siente mucho rencor hacia su madre y Jay no le va a permitir que se interponga en sus planes. Jay se va y Esperanza se queda llorando y rezando.
Por otro lado, Thiago está entra en el baño de un restaurante. Hace pis en el urinario. Está algo inquieto porque la presencia de Simón e Iker le pone nervioso. Siente que es una bomba de relojería. Necesita descargar porque se hacía pis y porque necesitaba relajarse. Iker entra en el lavabo. Se pone en el urinario junto a Thiago. Los dos hacen pis con la verga entre las manos. Thiago muy sofocado.
--¿¡qué hacés aquí?¡
Iker se muestra tranquilo.
--Oye que no te he seguido, a ver si crees que tengo interés en verte la verga.
Thiago para de hacer pis de golpe y se la guarda.
--¿dejaste solo a Ángel y a Simón?
Iker hace pis tranquilamente.
--Si, yo confío en Simón. Se que me ama. ¿es que tú no confías en mi hermano?
Thiago se abrocha los pantalones.
--¡sé que tú me odias pero a ti te conviene que Ángel y yo nos casamos¡ ¡¡Simón nos quiso a los dos mucho¡
Iker sí sabe que su hermano no fue tan importante para Simón como lo fue Thiago y sí se siente algo inseguro aunque no lo quiere demostrar. Se sacude la verga. Se la guarda.
--Yo respecto a mi hermano, sé que no lo harás feliz pero no me meto en su vida. Puedes estar tranquilo con Simón, él me ama demasiado.
Thiago se va a la mesa. Se le ve nervioso. Ángel está solo. Eso le da mala señal.
--¿y Simón?¿es que te dijo algo malo?
Ángel no entiende qué le pasa a su novio.
--Tu primo fue a pagar, ¿pasa algo?
--No, que nos vamos, los esperamos fuera.
Iker mira desafiante a Thiago. Thiago se lleva a Ángel, que está tan enamorado que no hace preguntas. Ángel no se preocupa del extraño comportamiento de Thiago que siente que Simón es un peligro a su relación. No imagina que el peligro está fuera. Desde un auto, Jay hace señas a unos hombres que están en una camioneta y llevan capuchas. Ángel y Thiago caminan por la acera. La camioneta se les acerca pero ellos no hacen caso. Bajan unos hombres. Dan una paliza a Thiago y agarran a Ángel ante la sonrisa satisfecha de Jay desde su auto. Simón e Iker salen en ese momento y lo ven todo. Iker grita. Corre hacia a su hermano seguido de Simón. Para evitar que estropee sus planes, Jay avanza. Iker corre por la carretera y Jay le pasa el auto por encima. Se para junto a la camioneta y da la orden que se lleven ya a Ángel. Los enmascarados no esperaban que Jay atropellara a alguien.
--¡mató a un tipo¡ ¡¡nosotros no somos asesinos¡
Los de la camioneta huyen soltando al chico y entonces Jay sale del auto para llevarse a Ángel que está tirado en el piso asustado junto a Thiago que está golpeado. Simón se arrodilla gritando para auxiliar a su novio que está inconsciente sobre una balsa de agua en su cabeza. Simón se queda aterrado al darse cuenta que es su padre quien ha hecho todo eso.
